Las dimensiones de las estaciones están intimamente asociadas al flujo esperado y ya con los trabajos ejecutados podemos notar las diferencias físicas entre unas y otras. Bajo ésta premisa es facil colegir que las megaestaciones de Correspondencia Máximo Gomez y Gregorio Luperón esperan un flujo peatonal que en ocaciones podria ser sencillamente descomunal.
Sin embargo, es posible que en la práctica ese fenómeno no se note tanto en la de la Gomez como se va a notar en la de la Luperón cuando L4 sea puesta en servicio. La razón es por la distribución de los flujos que en cada estación funcionará de manera diferente. Mientras que en la de la gomez el flujo tendrá dos estaciones de grandes dimensiones unidas por un tunel peatonal que aparentemente tambien tendrá zonas de servicios en algún punto de su recorrido, dentro del cual un volumen importante de usuarios se perderá momentaneamente. Esto sin contar con el poder de atracción de usuarios que tienen los origenes y destinos asociados a la misma que en el caso de Sambil Santo Domingo será un generador de viajes de primera categoria que solo será superado por los eventos que se celebren en las instaciones del centro olimpico.
El caso de la estacion Luperón se trata de una supermegaestación de dos niveles de andenes para poner a operar dos lineas distintas y la posibilidad que funcione un intercambiador modal que incluye decenas de rutas alimentadoras y quien sabe si la incorporación de un espacio para las rutas interurbanas que operan de manera ilegal en el trebol noroeste. El caso de ésta estación por no contar con origenes-destinos relevantes, concentrará todas las operaciones peatonales en su interior reduciendo sus funciones exclusivamente a operaciones peatonales en actividades de correspondencia y trasbordo, lo que la convertiría sin lugar a dudas en la más agetreada del sistema.
Otras estaciones de la linea no esperan por el momento una actividad particularmente relevante salvo la estación Churchill por estar ubicada en el inicio de un corredor repleto de generadores de viajes que con el paso del tiempo tenderá a aumentar a medida que se vayan abriendo más espacios comerciales.
La gran sorpresa del recorrido lo podría constituir la estación Lincoln porque todavía no alcanzamos a cuantificar cual será el incremento en la generación de viajes que aportarán los nuevos espacios comerciales que justamente comenzarán a operan en la misma fecha de puesta en operacion de L2. Ubicada en una zona de posibilidades comerciales practicamente inagotables, está señalada para convertirse en el punto de flujo peatonal más agitado de L2. Pensar que la avenida Abraham Lincoln todavia no alcanza ni la mitad su madurez comercial y el polígono de su intersección con la Kennedy tiende a explotar como una zona de grandes espacios comerciales ubicados incluso en puntos que ya están siendo explotados comercialmente, como es el caso de la Santo Domingo Motors, en donde cabe otro centro comercial tan grande como Agora o un conjunto residencial conformado por torres residenciales. Todos estos fenómenos podrían ser acelerados con la simple puesta en funcionamiento del nuevo plan de reordenamiento del tránsito.