72.- Portada, Iglesia del Santo Cristo de los Milagros (Nazarenas)
Anónimo, 1771
Estamos frente a una de las portadas más atípicas de la arquitectura virreinal peruana, tanto por su peculiar composición como por sus elementos decorativos. Se trata de una portada de dos cuerpos y tres calles, labrada en piedra y ladrillo. Su primer cuerpo se compone de dos columnas corintias de fuste liso sobre medias columnas y traspilastras definiendo la calle central, y de medias columnas corintias en los extremos definiendo las entrecalles laterales. La entrecalle central la ocupa el vano de ingreso, con forma de arco escarzano, soportado por las columnas ya mencionadas, mientras en que las laterales encontramos ventanas en lugar de las hornacinas características de la arquitectura virreinal limeña.
Hay que destacar la peculiar conformación del entablamento. En las entrecalles laterales el arquitrabe se arquea siguiendo el contorno de las ventanas, mientras que en la central no existe entablamento, pues el arco asienta directamente sobre las columnas. La cornisa y el friso propiamente dichos solamente existen sobre los ejes de columnas, y el espacio que ocuparía el friso se confunde con el segundo cuerpo con unos curiosos medallones rococó tallados en piedra contenidos en él.
El segundo cuerpo retoma de cierta manera el esquema típico de las portadas limeñas, organizado con seis medias columnas corintias. La entrecalle central la ocupa una hornacina adornada con una venera, la cual acoge una cruz (emblema de las madres carmelitas nazarenas) sobre una base profusamente tallada con motivos rococó. A cada lado de la hornacina hay dos medias columnas, completándose las entrecalles laterales con otras medias columnas en los extremos, ocupando el espacio de las entrecalles ventanas similares a las del primer cuerpo, flanqueadas por pilastrillas apoyadas sobre ménsulas. El entablamento asume dos esquemas diferentes: sobre las cuatro columnas centrales el entablamento es recto, completo sobre los soportes, y desapareciendo el friso y el arquitrabe sobre las entrecalles, terminando en un frontón triangular apoyado sobre las columnas interiores; sobre las entrecalles laterales solo existe una ligera cornisa, la cual se arquea siguiendo la forma de las ventanas. Corona la composición un curioso agrupamiento de cuatro modillones, los cuales siguen los ejes de soportes del segundo cuerpo y soportan unas pilastrillas que flanquean una pequeña hornacina coronada por una venera y rematada con un frontón curvo.
Crédito de las fotos: Imanol (para que no me mate ¬¬!)