Urbanización de San Pedro Sula
San Pedro Sula, la segunda ciudad más populosa de Honduras se yace sobre el borde sur occidental del fértil valle aluvial de los ríos Chamelecón y Ulúa. Cuando fundada por el conquistador español Pedro de Alvarado en junio de 1536, bautizo el lugar como “Villa del Señor San Pedro de Puerto Cabezas”. Su sitio original se encontraba contiguo al poblado indígena de Choloma, justamente al norte del moderno San Pedro Sula. Tres años después bajo un nuevo gobernador, el pueblo fue movido tres leguas al sur a un punto más “saludable” y renombrando ligeramente “Villa de San Pedro de Puerto Cabezas.” En ese tiempo la única actividad de los colonos españoles involucraba lavadero de oro de los ríos adyacentes. Todos vivían en una docena de casas construidas de palma, en el “ mismo estilo que los indios.” Durante el resto del siglo XVI y todo el siguiente siglo, documentos de la época describen a “San Pedro” como un pequeño pero importante centro administrativo. No fue hasta el siglo XVIII que “Sula” (también Usula, Ula, Ulúa, Sola, Zula y así sucesivamente) aparece junto al nombre del santo.
Escudo y bandera de San Pedro Sula.
El asentamiento, aunque algo caliente y húmedo para el europeo recién llegado, fue inicialmente un importante centro de administración de “indios” del valle de Ulúa para trabajos de minas del occidente del país. Pero el valor perdúrelo de San Pedro se debe a su ubicación en el interior del país con respecto a uno de los mayores puertos del área caribeña, “Puerto Caballos”, hoy conocido como Puerto Cortés. Inmediatamente después de la conquista, San Pedro fue un centro político, religiosos y económico del interior de la provincia, y parada obligatoria a todos aquellos que usaban Puerto Cortés. Aun así, San Pedro nunca atrajo mucha población durante la colonia. El pueblo contaba con treinta y cinco “vecinos” (ciudadanos) españoles en 1541. Para 1575, los cincuentas españoles de San Pedro controlaban treinta aldeas indígenas que abarcaban a unos 700 “tributarios” (trabajadores indígenas) de un total de unos 3 mil aborígenes. El lugar siempre tuvo fama de “enfermizo”, aunque esta rodeada de tierra fértil y con mucha producción de maíz, cacao, miel y ganado. Mientras la población española se incrementaba ligeramente en los primeros cincuenta años desde el primer contacto europeo, el numero de indígenas decayó drásticamente a unos 50 mil. El numero de “vecinos” españoles, lo cual marcaba el “progreso” de lugar, empezó a declinar también: veinte en 1582, y para 1590 contaba con solamente nueve.
Debido a que San Pedro era accesible por el “camino real” que la conectaba con “Puerto Caballos”, piratas constantemente la invadían e incendiaban como sucedió en 1595. Estas hostilidades obligaron a las instalaciones portuarias de Puerto Caballos trasladarse a otro sitio. El nuevo lugar, Santo Tomas en Amatigue al oeste y cerca de Guatemala, trajo decadencia y eventualmente abandono para San Pedro a inicios del siglo XVII. De 1629 a 1665, San Pedro y Puerto Caballos desaparecieron virtualmente de los mapas. Bucaneros controlaban las aguas y las costas hondureñas. Esta amenaza también contribuye a que trabajadores indígenas desaparecieran de la región. Para 1682, San Pedro fue nuevamente reocupada por 24 vecinos españoles. En ese tiempo era uno de los asentamientos españoles más pequeños de Centroamérica.
Mapa turístico de San Pedro Sula, año 1894.
Durante los siguientes dos siglos, San Pedro tuvo poca consecuencia para la historia de Honduras. Aunque el sitio permanecía ocupado, su crecimiento poblacional y actividades económicas estaban estancados. Años antes, ingleses y sus aliados misquitos hostigaron San Pedro Sula (S.P.S.) lo cual causa un abandono temporal, pero el poblado no falleció. Setenta españoles, casi todos ganaderos, vigilaban un hato de unas 4 mil cabezas en 1714. Aun así, “St. Peter’s Solia” (como aparece en mapas ingleses de la época), al ser visitada por el famosos pirata ingles John Cockburn en 1731, era un poblado sumamente pequeño con poco que comer a excepción de plátanos.
En la primera mitad del siglo XIXX los centroamericanos se encontraban en revolución para su independencia. Las nuevas republicas estaban agobiadas de conflictos internos que prohibían desarrollo económico y crecimiento poblacional, ambos requisitos para urbanización. Pero para mediados de siglo, San Pedro fue sede para una inusual oleada de emigrantes: el sur de E.U.A.. De 1867 a 1868 unos 200 veteranos soldados confederados se establecieron en el sitio llamado Medina, al sur de San Pedro. En ese tiempo, los 500 a 600 residentes de San Pedro, vivían en casas techadas con hojas de palma de “cohune” y paredes de “bahareque” o muros de piedra y lodo. Este populoso barrio del moderno San Pedro aun conserva el nombre del asentamiento confederado estadounidense.
El ferrocarril desde Puerto Cabezas, el primero en el país, conecta a San Pedro en 1870. Mientras sueños nacionales de una ruta ferroviaria interoceánica nunca se materializaron, por lo menos conecto S.P.S al puerto y a la costa Atlántica.
Eventos que llevaron a la verdadera urbanización de San Pedro ocurrieron a principios del siglo XX cuando capitalistas extranjeros, mas que todos norteamericanos interesados en la industria bananera, ingresaron a Honduras con intensidad. El censo de 1916, revela que más de un tercio de los “capitalistas de primera clase” del poblado eran extranjeros. Varios palestinos cristianos, llamados “turcos” o “árabes”, juntos con algunos alemanes, franceses, italianos e ingleses, invirtieron su dinero y habilidades para crear pequeñas industrias en la comunidad. Tabaco, cerveza, mobiliario, materiales de construcción y jabón fueron sus primeros productos.
Calle del Comercio, inicio década de los 1920.
No olvidemos al poderoso Samuel Zemurray, fundador de la Cuyumel Fruit Company y posteriormente presidente de United Fruit Company, quien entra con vigor al valle de Sula, adquiriendo fincas, drenando pantanos y construyendo bordos o diques con el primer tractor en Honduras. Para este tiempo, San Pedro Sula ya contaba infraestructura digna de una ciudad, que incluían carreteras de “todo tiempo” que la cruzaban en todas direcciones. Oleadas de emigrantes buscando trabajo triplican la población del valle adyacente al poblado durante 1910-1920. Para 1930, el valle de Sula contaba con 68,000 personas, en 1940 con 87,000, y 125,000 habitantes en 1950. El valle se convirtió en pocos años en la región bananera más grande del planeta, y en su margen una verdadera ciudad se estaba creando.
Tabla comparativa: crecimientos poblacionales de Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Durante décadas, San Pedro Sula fue la ciudad de mayor crecimiento de Centroamérica. Entre los censos de 1950 y 1961, mientras Tegucigalpa creció un 86 por ciento, S.P.S. aumento un 177 por ciento. Obviamente este crecimiento se manifestó con la migración interna, ya que el crecimiento natural del país se estimaba en un 3 por ciento. Varios factores influyen la migración a San Pedro Sula: acceso de carreteras de “todo tiempo” que cruzan a la ciudad en todas direcciones; campesinos desplazados por las plantaciones bananeras; desarrollo industrial de S.P.S. y; pobreza extrema de pequeños pueblos, aldeas y áreas rurales. Aun más, hasta residentes de La Ceiba, que durante años fue un prospero puerto frutero, partieron hacia San Pedro Sula.
En todas Honduras, el moderno San Pedro Sula es conocido como la capital industrial del país. El numero de industria creció de cinco en 1935, a treinta en 1955, a 116 en 1970, y a 281 en 1988 y este crecimiento industrial continua hasta nuestros días. Claramente, y aun en los primeros años del siglo XXI, es la región industrial más dinámica del país que incluye la zona de S.P.S., Choloma y Puerto Cortés. Este estrecho corredor, a lo largo de una carretera dividida de cuatro líneas, es una floreciente área de desarrollo industrial y estación de transbordo. A un extremo Puerto Cortés, el puerto mas amplio de Centroamérica, y por el otro extremo San Pedro Sula, una de las ciudades con mayor crecimiento de las naciones centroamericanas. El crecimiento poblacional se ha expandido por todo el valle de Sula, que incluye además de San Pedro, muchas de las otras grandes ciudades de Honduras: Choloma (cuarto lugar), El Progreso (quinto lugar), Puerto Cortés (octavo lugar), y La Lima (décimo lugar). Combinadas estas urbes, rivaliza en concentración poblacional a la ciudad primaria y capital de la republica, Tegucigalpa.
Puente ferroviario sobre río Chamelecón, año 1945.
SAP
Referencias
Escoto, Julio ed., 2002. Imágenes de San Pedro Sula. San Pedro Sula, Honduras: Centro Editorial, SRL.
Greenfield, Gerald M.; 1999. Latin American Urbanization: Historical Profile of Major Cities. Westport, Con.: Greenwood Press.
San Pedro Sula, la segunda ciudad más populosa de Honduras se yace sobre el borde sur occidental del fértil valle aluvial de los ríos Chamelecón y Ulúa. Cuando fundada por el conquistador español Pedro de Alvarado en junio de 1536, bautizo el lugar como “Villa del Señor San Pedro de Puerto Cabezas”. Su sitio original se encontraba contiguo al poblado indígena de Choloma, justamente al norte del moderno San Pedro Sula. Tres años después bajo un nuevo gobernador, el pueblo fue movido tres leguas al sur a un punto más “saludable” y renombrando ligeramente “Villa de San Pedro de Puerto Cabezas.” En ese tiempo la única actividad de los colonos españoles involucraba lavadero de oro de los ríos adyacentes. Todos vivían en una docena de casas construidas de palma, en el “ mismo estilo que los indios.” Durante el resto del siglo XVI y todo el siguiente siglo, documentos de la época describen a “San Pedro” como un pequeño pero importante centro administrativo. No fue hasta el siglo XVIII que “Sula” (también Usula, Ula, Ulúa, Sola, Zula y así sucesivamente) aparece junto al nombre del santo.
Escudo y bandera de San Pedro Sula.
El asentamiento, aunque algo caliente y húmedo para el europeo recién llegado, fue inicialmente un importante centro de administración de “indios” del valle de Ulúa para trabajos de minas del occidente del país. Pero el valor perdúrelo de San Pedro se debe a su ubicación en el interior del país con respecto a uno de los mayores puertos del área caribeña, “Puerto Caballos”, hoy conocido como Puerto Cortés. Inmediatamente después de la conquista, San Pedro fue un centro político, religiosos y económico del interior de la provincia, y parada obligatoria a todos aquellos que usaban Puerto Cortés. Aun así, San Pedro nunca atrajo mucha población durante la colonia. El pueblo contaba con treinta y cinco “vecinos” (ciudadanos) españoles en 1541. Para 1575, los cincuentas españoles de San Pedro controlaban treinta aldeas indígenas que abarcaban a unos 700 “tributarios” (trabajadores indígenas) de un total de unos 3 mil aborígenes. El lugar siempre tuvo fama de “enfermizo”, aunque esta rodeada de tierra fértil y con mucha producción de maíz, cacao, miel y ganado. Mientras la población española se incrementaba ligeramente en los primeros cincuenta años desde el primer contacto europeo, el numero de indígenas decayó drásticamente a unos 50 mil. El numero de “vecinos” españoles, lo cual marcaba el “progreso” de lugar, empezó a declinar también: veinte en 1582, y para 1590 contaba con solamente nueve.
Debido a que San Pedro era accesible por el “camino real” que la conectaba con “Puerto Caballos”, piratas constantemente la invadían e incendiaban como sucedió en 1595. Estas hostilidades obligaron a las instalaciones portuarias de Puerto Caballos trasladarse a otro sitio. El nuevo lugar, Santo Tomas en Amatigue al oeste y cerca de Guatemala, trajo decadencia y eventualmente abandono para San Pedro a inicios del siglo XVII. De 1629 a 1665, San Pedro y Puerto Caballos desaparecieron virtualmente de los mapas. Bucaneros controlaban las aguas y las costas hondureñas. Esta amenaza también contribuye a que trabajadores indígenas desaparecieran de la región. Para 1682, San Pedro fue nuevamente reocupada por 24 vecinos españoles. En ese tiempo era uno de los asentamientos españoles más pequeños de Centroamérica.
Mapa turístico de San Pedro Sula, año 1894.
Durante los siguientes dos siglos, San Pedro tuvo poca consecuencia para la historia de Honduras. Aunque el sitio permanecía ocupado, su crecimiento poblacional y actividades económicas estaban estancados. Años antes, ingleses y sus aliados misquitos hostigaron San Pedro Sula (S.P.S.) lo cual causa un abandono temporal, pero el poblado no falleció. Setenta españoles, casi todos ganaderos, vigilaban un hato de unas 4 mil cabezas en 1714. Aun así, “St. Peter’s Solia” (como aparece en mapas ingleses de la época), al ser visitada por el famosos pirata ingles John Cockburn en 1731, era un poblado sumamente pequeño con poco que comer a excepción de plátanos.
En la primera mitad del siglo XIXX los centroamericanos se encontraban en revolución para su independencia. Las nuevas republicas estaban agobiadas de conflictos internos que prohibían desarrollo económico y crecimiento poblacional, ambos requisitos para urbanización. Pero para mediados de siglo, San Pedro fue sede para una inusual oleada de emigrantes: el sur de E.U.A.. De 1867 a 1868 unos 200 veteranos soldados confederados se establecieron en el sitio llamado Medina, al sur de San Pedro. En ese tiempo, los 500 a 600 residentes de San Pedro, vivían en casas techadas con hojas de palma de “cohune” y paredes de “bahareque” o muros de piedra y lodo. Este populoso barrio del moderno San Pedro aun conserva el nombre del asentamiento confederado estadounidense.
El ferrocarril desde Puerto Cabezas, el primero en el país, conecta a San Pedro en 1870. Mientras sueños nacionales de una ruta ferroviaria interoceánica nunca se materializaron, por lo menos conecto S.P.S al puerto y a la costa Atlántica.
Eventos que llevaron a la verdadera urbanización de San Pedro ocurrieron a principios del siglo XX cuando capitalistas extranjeros, mas que todos norteamericanos interesados en la industria bananera, ingresaron a Honduras con intensidad. El censo de 1916, revela que más de un tercio de los “capitalistas de primera clase” del poblado eran extranjeros. Varios palestinos cristianos, llamados “turcos” o “árabes”, juntos con algunos alemanes, franceses, italianos e ingleses, invirtieron su dinero y habilidades para crear pequeñas industrias en la comunidad. Tabaco, cerveza, mobiliario, materiales de construcción y jabón fueron sus primeros productos.
Calle del Comercio, inicio década de los 1920.
No olvidemos al poderoso Samuel Zemurray, fundador de la Cuyumel Fruit Company y posteriormente presidente de United Fruit Company, quien entra con vigor al valle de Sula, adquiriendo fincas, drenando pantanos y construyendo bordos o diques con el primer tractor en Honduras. Para este tiempo, San Pedro Sula ya contaba infraestructura digna de una ciudad, que incluían carreteras de “todo tiempo” que la cruzaban en todas direcciones. Oleadas de emigrantes buscando trabajo triplican la población del valle adyacente al poblado durante 1910-1920. Para 1930, el valle de Sula contaba con 68,000 personas, en 1940 con 87,000, y 125,000 habitantes en 1950. El valle se convirtió en pocos años en la región bananera más grande del planeta, y en su margen una verdadera ciudad se estaba creando.
Tabla comparativa: crecimientos poblacionales de Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Durante décadas, San Pedro Sula fue la ciudad de mayor crecimiento de Centroamérica. Entre los censos de 1950 y 1961, mientras Tegucigalpa creció un 86 por ciento, S.P.S. aumento un 177 por ciento. Obviamente este crecimiento se manifestó con la migración interna, ya que el crecimiento natural del país se estimaba en un 3 por ciento. Varios factores influyen la migración a San Pedro Sula: acceso de carreteras de “todo tiempo” que cruzan a la ciudad en todas direcciones; campesinos desplazados por las plantaciones bananeras; desarrollo industrial de S.P.S. y; pobreza extrema de pequeños pueblos, aldeas y áreas rurales. Aun más, hasta residentes de La Ceiba, que durante años fue un prospero puerto frutero, partieron hacia San Pedro Sula.
En todas Honduras, el moderno San Pedro Sula es conocido como la capital industrial del país. El numero de industria creció de cinco en 1935, a treinta en 1955, a 116 en 1970, y a 281 en 1988 y este crecimiento industrial continua hasta nuestros días. Claramente, y aun en los primeros años del siglo XXI, es la región industrial más dinámica del país que incluye la zona de S.P.S., Choloma y Puerto Cortés. Este estrecho corredor, a lo largo de una carretera dividida de cuatro líneas, es una floreciente área de desarrollo industrial y estación de transbordo. A un extremo Puerto Cortés, el puerto mas amplio de Centroamérica, y por el otro extremo San Pedro Sula, una de las ciudades con mayor crecimiento de las naciones centroamericanas. El crecimiento poblacional se ha expandido por todo el valle de Sula, que incluye además de San Pedro, muchas de las otras grandes ciudades de Honduras: Choloma (cuarto lugar), El Progreso (quinto lugar), Puerto Cortés (octavo lugar), y La Lima (décimo lugar). Combinadas estas urbes, rivaliza en concentración poblacional a la ciudad primaria y capital de la republica, Tegucigalpa.
Puente ferroviario sobre río Chamelecón, año 1945.
SAP
Referencias
Escoto, Julio ed., 2002. Imágenes de San Pedro Sula. San Pedro Sula, Honduras: Centro Editorial, SRL.
Greenfield, Gerald M.; 1999. Latin American Urbanization: Historical Profile of Major Cities. Westport, Con.: Greenwood Press.