A CORUÑA
ANÁLISIS
Un puerto imprescindible para Galicia
El proyecto de mayor calado para Galicia, desde la construcción de las autovías entre la costa y la meseta, evitará los peligros de la refinería y librará a A Coruña y su comarca de una crisis económica que amenaza la ciudad si la rada no se construye
Opinión: Pedro Canalejo | José Luis Méndez | Julio F. Gayoso | Antonio Fontenla | José Antonio Orza | González Laxe | Edelmiro Rúa | Xesús Mosquera | J.M. Fernández Alvariño | José María Farto
(Juan Gómez-Aller | a coruña)
En los ámbitos políticos de A Coruña y Santiago se prevén dos meses calientes a cuenta del coloso portuario de Punta Langosteira, la obra más importante de la historia reciente de Galicia -sólo comparable con la autovía que enlaza la costa con la meseta-, y que será adjudicada a finales de octubre. A pesar de la revolución económica y social que supondría su construcción, el Gobierno ha puesto recientemente varias trabas al proyecto, y algunas agrupaciones ecologistas y vecinales han llegado a calificarlo de innecesario. ¿Es necesario el puerto exterior coruñés? La práctica totalidad de los expertos va más allá de ese adjetivo, y lo consideran imprescindible por diez razones.
Una situación estratégica en Europa
Por su situación geográfica, el futuro puerto de Punta Langosteira será la gran puerta atlántica a las mercancías que lleguen desde América a Europa y, conectada por la red de autovías ya concluida y el tren de alta velocidad, podrá ofrecer a las empresas colocar sus productos en Centroeuropa en menos tiempo que las otras grandes dársenas europeas. La situación actual es dramática: pese a tener delante una de las mayores autopistas portuarias, Galicia apenas atrae un 7,7% del tráfico portuario nacional.
Una oportunidad para atraer a Galicia el tráfico del futuro
La construcción del puerto exterior coruñés permitirá a A Coruña luchar por atraer a Galicia nuevos flujos de contenedores, considerados como el tráfico portuario del futuro. El ex presidente de la Xunta y profesor universitario, Fernando González Laxe, destacó en un estudio reciente que es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los puertos europeos -y con ellos, los gallegos.
Sin Punta Langosteira, A Coruña está abocada a la crisis
El 25% de la economía de A Coruña depende de su puerto, que ya no tiene ni un solo metro cuadrado más de suelo que ofrecer a las empresas que ahora están instaladas en él. Esta falta de suelo provocará a corto plazo la fuga de las compañías en crecimiento, que si se quedan en la ciudad verán frenada su evolución por la falta de terreno para ampliar sus instalaciones. El descenso del tráfico de mercancías ya ha comenzado y el presidente de la Autoridad Portuaria, Guillermo Grandío, advirtió recientemente que, sin Punta Langosteira, la dársena, y con ella, la ciudad, entrarán en crisis. Y no hay que olvidar que A Coruña es la comarca que más aporta al PIB de Galicia, que también se vería afectado por ese parón económico.
Un puerto compatible con el de Ferrol
El futuro puerto coruñés no sólo será compatible con la dársena exterior de Ferrol, sino que muchos expertos ya han defendido la gestión conjunta de los dos muelles como uno solo. Las dos patas de ese gran puerto, A Coruña y Ferrol, tienen metas y tráficos distintos que atender. En todo caso, puntualizan los especialistas, las dimensiones de la nueva rada ferrolana no son suficientes para satisfacer la demanda empresarial que colapsa los muelles coruñeses.
La única ciudad gallega con un oleoducto subterráneo
La primera de las razones es la seguridad terrestre. A Coruña es la única ciudad de Galicia bajo la que pasa un enorme oleoducto de más de una decena de tubos, por los que circulan toda clase de productos petrolíferos. Por esas canalizaciones, que unen los depósitos petroquímicos del puerto con la refinería de Repsol YPF, circulan cada año cinco millones de toneladas de sustancias como el gasóleo, el propano o el queroseno, con el potencial peligro que ese tráfico conlleva para vecinos como los de Os Castros, un barrio de 15.000 habitantes, que conviven con esas gigantescas tuberías. El Ayuntamiento ha llegado a calificar en una ocasión la planta petroquímica como una «bomba controlada» y la construcción de la dársena de Punta Langosteira, que estaría situada precisamente junto a la refinería, permitiría desterrar ese peligro para siempre.
La única ciudad del mundo con tres grandes accidentes marítimos
A las cuatro de la mañana del 2 de diciembre de 1993 encalló junto a la Torre de Hércules el Mar Egeo, un enorme petrolero que llevaba en sus bodegas 80.000 toneladas de crudo. Con él la lista negra de grandes accidentes marítimos de la ciudad sumaba tres nombres: los otros dos eran el Urquiola (1976) y Erkowitz (1971). El desastre del Mar Egeo destrozó la ría coruñesa, de la que viven centenares de familias, y las indemnizaciones todavía no se habían terminado de pagar cuando, a finales del ejercicio 2002, se hundió frente a las costas gallegas el Prestige. Un puerto exterior eliminaría de una vez por todas esa constante amenaza y permitiría acotar esos vertidos en una zona alejada de los núcleos de población.
Barricadas humanas contra el carbón
Durante varios meses, los vecinos de Os Castros cortaron una de las principales carreteras de acceso con manifestaciones contra las emisiones de carbón que llegaban a sus casas, situadas a escasa distancia de donde se realizan las descargas tanto del combustible como de todo tipo de cereales. Decenas de vecinos, de hecho, denunciaron afecciones respiratorias causadas por estas descargas. El nuevo puerto exterior permitiría eliminar esas descargas contaminantes, que ahora están incrustadas en pleno casco urbano.
Una revolución urbanística para el segundo municipio más pequeño de España
El urbanista Joan Busquets, padre de la Barcelona olímpica, ya está trabajando en el rediseño de los 400.000 metros cuadrados de suelo portuario que quedarán libres con la construcción de la nueva dársena. Esta operación, que incluye la edificación de viviendas libres y protegidas, hoteles, comercios y edificios institucionales, permitiría crecer a la segunda ciudad más pequeña de España (con 36 kilómetros cuadrados).
Sin calado para los superpetroleros
Aunque el 60% del tráfico actual de mercancías en el puerto coruñés corresponde al petróleo de la refinería, ese escenario podría cambiar radicalmente en la próxima década si no se construye el puerto exterior. El actual puerto no tiene calado para los grandes superpetroleros de 150.000 toneladas que se construyen en la actualidad, y que transportarán el petróleo en el futuro. Punta Langosteira, en cambio, cuenta con un calado suficiente y permitiría simplificar la maniobra de entrada en la dársena. Hoy esos barcos tienen que pasar entre zonas de baja profundidad y terminar el atraque con un complicado giro de 180 grados.
Un proyecto hacia la consolidación de Galicia como país portuario
El último argumento esgrimido por los expertos es que la construcción del puerto exterior situaría a Galicia en posición de poder convertirse en un país portuario, una zona económica pujante concentrada alrededor de enormes plataformas marítimas y conectada con el resto del continente por vías de comunicación del alta capacidad.