Un Metro de calamidades
La Verdad - José Manuel Sánchez - Maracaibo - 18/05/2010 00:01 18
El 9 de junio de 2009 entró en funcionamiento la línea 1 del Metro de Maracaibo tras cinco años de trabajo, pero hasta los momentos el progreso que suponía esta obra de gran magnitud no ha tocado la puerta de los vecinos y comerciantes que hacen vida en sus inmediaciones. A lo largo de los 6,3 kilómetros de vía férrea que recorren la calle 100, Sabaneta, reina la soledad en los comercios durante el día, y en la noche la penumbra, a lo que se le suma el mal estado de la poca vialidad que está terminada.
El caso más dramático está entre la avenida 19 y Puente España, específicamente frente al Seguro Social, donde los comerciantes y habitantes de la zona esperan desde hace cuatro años a que se inicien los trabajos de construcción de la vía. “Los clientes no se quieren meter para esta parte porque no está asfaltada y eso me tiene arruinado”, denuncia Francisco Vivas, dueño del taller de sistemas hidráulicos El Excéntrico.
Hay otro elemento que afecta a los comerciantes. Y es que el Metro tiene año y medio que no paga las indemnizaciones anuales correspondientes a los perjuicios causados por la construcción de la obra que aún no ha sido culminada, si se toma en cuenta que ninguna de las estaciones está operativa al cien por ciento.
Siguiendo el sentido oeste-este de Sabaneta, a la altura de la avenida 50, cerca de la entrada a la Cárcel Nacional de Sabaneta, una serie de huecos atormentan a los conductores que transitan diariamente por la zona.
En ese mismo trayecto, en la esquina de la avenida 20, un bote de agua ha destruido parte del asfaltado y que hace cuatro meses formó un hueco que hace estragos con el tren delantero de los carros. “Los obreros del Metro le echaron arena y piedras a los huecos pero nos dijeron que era responsabilidad de Hidrolago reparar el bote, pero ellos nunca han venido”, precisa José García, residente del sector.
Una guillotina
El problema en Sabaneta no se limita al mal estado de la vialidad. A éste se le suma la habilitación como doble vía de los únicos canales de carretera que quedaron luego de la construcción. En sentido este-oeste, la doble vía va desde el centro de la ciudad hasta la entrada de Gallo Verde, mientras que en el otro sentido empieza desde La Líder hasta el casco central.
Juan Carlos Rubio, secretario general de la Unión de Autos Libres Urdaneta, explica que lo que se suponía sería una situación provisional se convirtió en algo permanente que representa un verdadero peligro para los usuarios de las vías. "En el tramo que va en sentido aeropuerto-centro no hay señalizaciones que adviertan a los conductores que es una doble vía. Eso es una guillotina en la que puede ocurrir un accidente en cualquier momento”.
A todo momento hay largas e interminables colas, a lo que se le suma que las vías alternas o desvíos habilitados por el Metro mientras ejecutaba las obras aún están en estado deplorable, por tanto, no es mucho lo que ayudan en el descongestionamiento del tráfico.
Rubio describe la avenida 19B como un desastre por la que no se puede pasar por la gran cantidad de huecos, además de que uno de los accesos está bloqueado desde el año pasado por los trabajos de reubicación de tuberías de agua, mientras que el otro, en cruce de Arismendi, es un caos durante la mañana.
No hay reales
En las zonas aledañas a la construcción del Metro de Maracaibo está desatada la delincuencia, sobre todo en las noches, por la falta de iluminación. Los habitantes del sector Punto Criollo bautizaron su tramo como la “isla del tesoro” por los huecos en las calles y los periplos que deben hacer para intentar salvarse de los choros.
Wílliam Reyes, presidente del consejo comunal Urdaneta-Punto Criollo, denuncia que los vecinos presentan problemas respiratorios a causa del polvo que levantan los movimientos de tierra. Cree que parte del problema se resolvería si el Metro uniera esfuerzos con los entes regionales y municipales que ayuden a corregir los errores de planificación que se cometieron durante la construcción de la obra.
Los diferentes consejos comunales que hacen vida en Sabaneta se han reunido en varias ocasiones con los directivos del sistema de transporte para exigirles que inviertan en la recuperación de los comercios que tanta falta hacen en la zona, como farmacias, supermercados, centros asistenciales y comerciales. La única respuesta que recibieron fue: "No hay recursos".