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Proyecto Amezola - Av Ferrocarril
La avenida del Ferrocarril llega hasta Amezola
Las obras para cubrir la trinchera del tren que aísla a Rekalde culminarán la recuperación de una trasera de Bilbao
Los operarios que comenzaron en diciembre a desmantelar catenarias en el foso de Amezola, a diez metros de profundidad de la calle, han engrasado la maquinaria para culminar una de las reconversiones más importantes del nuevo Bilbao: la desaparición de la trinchera de vías que aísla a Rekalde del resto de la ciudad y su sustitución por un bulevar de nuevo cuño, llamado avenida del Ferrocarril.
Las obras para cubrir el socavón pondrán fin a la operación que promueve Bilbao Ría 2000 en Amezola, diez años después de la entrada de la primera excavadora. En ese tiempo, el parque ferroviario de mercancías ha dado paso a un barrio residencial pendiente de cerrar su última grieta. Esto es lo que queda.
LÍNEA DE MERCANCÍAS
Primero fue el soterramiento de la línea de Renfe que partía en dos a Bilbao a su paso por Rekalde y Basurto. Ahora le toca el turno a los trenes de mercancías que todavía circulan a cielo abierto por la playa de vías de Amezola en sus desplazamientos entre la margen izquierda, Ollargan y los largos recorridos.
Los ferrocarriles seguirán transportando contenedores por este punto, pero lo harán ocultos bajo techo gracias a una nueva crujía y a un muro de separación construido con pilares. Es el mismo sistema que ha tapado las líneas de pasajeros que pasan por la estación de Amezola.
Parte del material ferroviario desmantelado volverá a ser utilizado. La madera sirve para nuevas traviesas y el hierro de las vías se aprovecha para otros carriles.
APARCAMIENTO
Al estar en una trasera entre edificios industriales en declive, el hueco parece que vive en una especie de clandestinidad. Es tan grande que, una vez cubiertas las dos líneas ferroviarias de mercancías, quedará sitio de sobra para un aparcamiento subterráneo de tres plantas, con capacidad para medio millar de plazas de vehículos.
Bilbao Ría 2000, que gestiona toda la obra de soterramiento en su conjunto, asumirá también la construcción del parking. Cuando esté listo se lo entregará al Ayuntamiento, que decidirá el carácter del estacionamiento -residentes, rotación o mixto-.
Los técnicos han descartado colocar los accesos de vehículos en la avenida que cubrirá finalmente el socavón, en favor de una mejor convivencia entre coches y peatones. En su lugar, estarán en las calles adyacentes. El futuro bulevar sólo será 'agujereado' para instalar una rampa de emergencia al tramo ferroviario de mercancías que garantice la seguridad.
NUEVOS EDIFICIOS
Todavía quedará un solar libre en el foso. En este caso, será ocupado por tres inmuebles, cuya edificación está al margen del proyecto en curso en Amezola. Uno de ellos será el nuevo centro municipal de distrito de Rekalde, que podría costar 700.000 euros.
Otro es un edificio de viviendas con unos 140 pisos de protección oficial. El tercer bloque está reservado a las oficinas.
EL BULEVAR
La prolongación de la avenida del Ferrocarril entre el puente de Gordóniz y el frente de Irala es el remate a la obra. Este bulevar, de 50 metros de anchura, alfombrará la grieta y distribuirá a su vera zonas de descanso, hileras de árboles y un recinto de juegos infantiles, entre otros servicios.
La avenida contará con una glorieta de grandes dimensiones para ordenar los tráficos. Ría 2000 convocará un concurso para elegir la escultura de su interior, como ya hizo en la plaza de Gordóniz, donde luce una fuente singular. Todo esto será una realidad en menos de tres años. Antes de eso, se tenderá un paso elevado sobre el foso para ir acercando barrios y hacer más llevadera la vida a sus vecinos.
La avenida del Ferrocarril llega hasta Amezola
Las obras para cubrir la trinchera del tren que aísla a Rekalde culminarán la recuperación de una trasera de Bilbao
Los operarios que comenzaron en diciembre a desmantelar catenarias en el foso de Amezola, a diez metros de profundidad de la calle, han engrasado la maquinaria para culminar una de las reconversiones más importantes del nuevo Bilbao: la desaparición de la trinchera de vías que aísla a Rekalde del resto de la ciudad y su sustitución por un bulevar de nuevo cuño, llamado avenida del Ferrocarril.
Las obras para cubrir el socavón pondrán fin a la operación que promueve Bilbao Ría 2000 en Amezola, diez años después de la entrada de la primera excavadora. En ese tiempo, el parque ferroviario de mercancías ha dado paso a un barrio residencial pendiente de cerrar su última grieta. Esto es lo que queda.
LÍNEA DE MERCANCÍAS
Primero fue el soterramiento de la línea de Renfe que partía en dos a Bilbao a su paso por Rekalde y Basurto. Ahora le toca el turno a los trenes de mercancías que todavía circulan a cielo abierto por la playa de vías de Amezola en sus desplazamientos entre la margen izquierda, Ollargan y los largos recorridos.
Los ferrocarriles seguirán transportando contenedores por este punto, pero lo harán ocultos bajo techo gracias a una nueva crujía y a un muro de separación construido con pilares. Es el mismo sistema que ha tapado las líneas de pasajeros que pasan por la estación de Amezola.
Parte del material ferroviario desmantelado volverá a ser utilizado. La madera sirve para nuevas traviesas y el hierro de las vías se aprovecha para otros carriles.
APARCAMIENTO
Al estar en una trasera entre edificios industriales en declive, el hueco parece que vive en una especie de clandestinidad. Es tan grande que, una vez cubiertas las dos líneas ferroviarias de mercancías, quedará sitio de sobra para un aparcamiento subterráneo de tres plantas, con capacidad para medio millar de plazas de vehículos.
Bilbao Ría 2000, que gestiona toda la obra de soterramiento en su conjunto, asumirá también la construcción del parking. Cuando esté listo se lo entregará al Ayuntamiento, que decidirá el carácter del estacionamiento -residentes, rotación o mixto-.
Los técnicos han descartado colocar los accesos de vehículos en la avenida que cubrirá finalmente el socavón, en favor de una mejor convivencia entre coches y peatones. En su lugar, estarán en las calles adyacentes. El futuro bulevar sólo será 'agujereado' para instalar una rampa de emergencia al tramo ferroviario de mercancías que garantice la seguridad.
NUEVOS EDIFICIOS
Todavía quedará un solar libre en el foso. En este caso, será ocupado por tres inmuebles, cuya edificación está al margen del proyecto en curso en Amezola. Uno de ellos será el nuevo centro municipal de distrito de Rekalde, que podría costar 700.000 euros.
Otro es un edificio de viviendas con unos 140 pisos de protección oficial. El tercer bloque está reservado a las oficinas.
EL BULEVAR
La prolongación de la avenida del Ferrocarril entre el puente de Gordóniz y el frente de Irala es el remate a la obra. Este bulevar, de 50 metros de anchura, alfombrará la grieta y distribuirá a su vera zonas de descanso, hileras de árboles y un recinto de juegos infantiles, entre otros servicios.
La avenida contará con una glorieta de grandes dimensiones para ordenar los tráficos. Ría 2000 convocará un concurso para elegir la escultura de su interior, como ya hizo en la plaza de Gordóniz, donde luce una fuente singular. Todo esto será una realidad en menos de tres años. Antes de eso, se tenderá un paso elevado sobre el foso para ir acercando barrios y hacer más llevadera la vida a sus vecinos.