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El Ayuntamiento de Bilbao pretende cerrar la gasolinera de Indautxu para ampliar la plaza
Propone evaluar la contaminación de los suelos del surtidor, que opera en una zona de pisos y comercios Escaleras y rampas mecánicas mejorarán los accesos
LA NUEVA PLAZA. Aceras más anchas, accesos peatonales, bancos y una original iluminación darán vida al futuro recinto de esparcimiento de Indautxu, representado en este fotomontaje.
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EL PROYECTO
Nueva plaza: Círculo central de 40 metros de diámetro.
Accesos: Las rutas principales tendrán al menos 2 metros de ancho.
Pendientes: No superiores al 6%.
Alumbrado: De cuatro alturas; 10, 8, 6 y 3,25 metros. Las más altas estarán en el centro de la plaza y las más bajas, en el perímetro.
Árboles: De gran porte, afilados y de hoja caduca y perenne. Estarán distribuidos en función de su altura. Los de mayor envergadura, en la zona alejada de la plaza.
Recreo infantil: Área de juegos para niños de 275 metros cuadrados.
Bancos: De acero con madera tropical de elondo.
Pavimento: Piedra natural, hormigón y baldosa 'Bilbao'.
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El Ayuntamiento de Bilbao quiere cerrar el surtidor de combustible de Indautxu, que opera junto a edificios de viviendas y comercios, para evaluar la contaminación de sus suelos y poder así ampliar la plaza con plenas garantías. Tras denegar la licencia de actividad a la estación de servicio del RAG, el Consistorio ha incluido en su proyecto peatonal de la alameda Gregorio de la Revilla «el desmantelamiento» de otra gasolinera urbana, una de las pocas que van quedando en la ciudad. La clausura y limpieza del terreno constituyen «los trabajos previos» solicitados por la concejalía de Obras y Servicios para llevar adelante la reforma de la futura zona de ocio.
Otra cosa es que el Ayuntamiento logre el cierre por las buenas y se evite un nuevo 'caso RAG', que amenaza con prolongarse en los tribunales. De cualquier forma, la concejalía que dirige José Luis Sabas está interesada en evaluar el grado de polución por hidrocarburos del terreno y, si fuese necesario, devolverlo «a un estado limpio y tolerable para la actividad humana y la protección de aguas subterráneas».
Las gasolineras que funcionan en el centro de Bilbao, abastecidas por tanques de combustible subterráneos, se han convertido en una fuente de recelos, cuando no de duras protestas, en el vecindario y los negocios privados de sus alrededores. El Ayuntamiento se ha propuesto su cierre, pero dentro de unos límites legales que no le causen perjuicios económicos.
En los últimos años se han cerrado varios surtidores: Begoña, tras un enconado conflicto vecinal; plaza Erkoreka, después de la colisión de un coche; y Mazarredo, debido a las obras de Abandoibarra. El resto está en el punto de mira municipal: Calixto Díez y, sobre todo, la gasolinera que trabaja en los bajos de un edificio industrial, entre la avenida Sabino Arana y la calle Escuza, entre otras instalaciones.
En Indautxu, la pretensión municipal es comenzar los trabajos de ampliación de la plaza dentro de cinco meses, con el surtidor ya retirado. Si no fuera así, un portavoz del departamento aseguró ayer que se puede meter el pico y la pala e, incluso, disfrutar de la nueva zona de esparcimiento mientras se sigue despachando combustible al lado. Como está ocurriendo hoy en día.
Obras y Servicios, en colaboración con un estudio de arquitectura y una ingeniería, ha elaborado una propuesta en la que prima el acceso del peatón y se pone coto al coche. La plaza Indautxu contará con escaleras y rampas mecánicas de camino a las galerías comerciales y el parking subterráneo. Con un plazo de ejecución de 15 meses, el nuevo recinto de recreo será más grande que la plaza Moyua.
Propone evaluar la contaminación de los suelos del surtidor, que opera en una zona de pisos y comercios Escaleras y rampas mecánicas mejorarán los accesos

LA NUEVA PLAZA. Aceras más anchas, accesos peatonales, bancos y una original iluminación darán vida al futuro recinto de esparcimiento de Indautxu, representado en este fotomontaje.
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EL PROYECTO
Nueva plaza: Círculo central de 40 metros de diámetro.
Accesos: Las rutas principales tendrán al menos 2 metros de ancho.
Pendientes: No superiores al 6%.
Alumbrado: De cuatro alturas; 10, 8, 6 y 3,25 metros. Las más altas estarán en el centro de la plaza y las más bajas, en el perímetro.
Árboles: De gran porte, afilados y de hoja caduca y perenne. Estarán distribuidos en función de su altura. Los de mayor envergadura, en la zona alejada de la plaza.
Recreo infantil: Área de juegos para niños de 275 metros cuadrados.
Bancos: De acero con madera tropical de elondo.
Pavimento: Piedra natural, hormigón y baldosa 'Bilbao'.
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El Ayuntamiento de Bilbao quiere cerrar el surtidor de combustible de Indautxu, que opera junto a edificios de viviendas y comercios, para evaluar la contaminación de sus suelos y poder así ampliar la plaza con plenas garantías. Tras denegar la licencia de actividad a la estación de servicio del RAG, el Consistorio ha incluido en su proyecto peatonal de la alameda Gregorio de la Revilla «el desmantelamiento» de otra gasolinera urbana, una de las pocas que van quedando en la ciudad. La clausura y limpieza del terreno constituyen «los trabajos previos» solicitados por la concejalía de Obras y Servicios para llevar adelante la reforma de la futura zona de ocio.
Otra cosa es que el Ayuntamiento logre el cierre por las buenas y se evite un nuevo 'caso RAG', que amenaza con prolongarse en los tribunales. De cualquier forma, la concejalía que dirige José Luis Sabas está interesada en evaluar el grado de polución por hidrocarburos del terreno y, si fuese necesario, devolverlo «a un estado limpio y tolerable para la actividad humana y la protección de aguas subterráneas».
Las gasolineras que funcionan en el centro de Bilbao, abastecidas por tanques de combustible subterráneos, se han convertido en una fuente de recelos, cuando no de duras protestas, en el vecindario y los negocios privados de sus alrededores. El Ayuntamiento se ha propuesto su cierre, pero dentro de unos límites legales que no le causen perjuicios económicos.
En los últimos años se han cerrado varios surtidores: Begoña, tras un enconado conflicto vecinal; plaza Erkoreka, después de la colisión de un coche; y Mazarredo, debido a las obras de Abandoibarra. El resto está en el punto de mira municipal: Calixto Díez y, sobre todo, la gasolinera que trabaja en los bajos de un edificio industrial, entre la avenida Sabino Arana y la calle Escuza, entre otras instalaciones.
En Indautxu, la pretensión municipal es comenzar los trabajos de ampliación de la plaza dentro de cinco meses, con el surtidor ya retirado. Si no fuera así, un portavoz del departamento aseguró ayer que se puede meter el pico y la pala e, incluso, disfrutar de la nueva zona de esparcimiento mientras se sigue despachando combustible al lado. Como está ocurriendo hoy en día.
Obras y Servicios, en colaboración con un estudio de arquitectura y una ingeniería, ha elaborado una propuesta en la que prima el acceso del peatón y se pone coto al coche. La plaza Indautxu contará con escaleras y rampas mecánicas de camino a las galerías comerciales y el parking subterráneo. Con un plazo de ejecución de 15 meses, el nuevo recinto de recreo será más grande que la plaza Moyua.