1) Resumen de la Ciudad de Buenos Aires
La relación de la ciudad de Buenos Aires con la Argentina es uno de los grandes enigmas que solieron aparecer, paralelamente, en los otros países con mayor territorio del mundo. Entre su distrito federal, hoy autónomo, y los dos anillos de su área metropolitana, Buenos Aires es el hogar de la tercera parte de la población argentina. La historia de la ciudad tuvo 3 grandes etapas: la primera fue durante su era como punto estratégico urbano del Imperio Español sobre el Río de la Plata, el único de estos en América que no pudo ser tomado por el Imperio Inglés en el Siglo XIX. La segunda como foco de uno de los poderes de la guerra civil posterior a la Independencia de 1816. Y la tercera, sin dudas la más interesante, cuando la Argentina se conformó como un gran país de una sola identidad y con mentalidad de potencia mundial que compitió de manera directa con la construcción de Estados Unidos. Desde la llamada Generación de 1880, conformada por varias de las personalidades más importantes de la Historia Argentina, Buenos Aires creció explosivamente por las olas inmigratorias provenientes de Europa (mayormente España e Italia) y de otras regiones de Asia y Medio Oriente. En este período de aproximadamente 50 años entre la década de 1880 y la de 1930, que coincidió con el nuevo posicionamento de Argentina entre los países más desarrollados del mundo, en la ciudad se construyeron gran parte de los grandes palacios públicos que hoy se siguen destacando en la trama urbana, como el Palacio de Aguas Corrientes, la el Congreso Nacional, los Tribunales, el Colegio Nacional Buenos Aires, entre muchísimos otros. También los grandes planes urbanísticos como la apertura de las Diagonales Norte y Sur y el sistema de ferrocarriles y trenes subterráneos. Al mismo tiempo, el nacimiento de Buenos Aires como gran metrópoli trajo a la ciudad sus primeros rascacielos, como el Railway Building y el Palacio Barolo, uno de los edificios más bellos a nivel mundial. Gustos aparte, la ciudad siempre se mantuvo fresca en relación a los cambios mundiales y su personalidad definida siempre procreó el fenómeno de que surgieran nuevos estilos arquitectónicos que solo pueden verse en Buenos Aires. Posteriormente a la Segunda Guerra Mundial y la era de Le Corbusier en la arquitectura mundial, llegaron las oleadas de edificios modernos y el International Style adaptado a la región. Y finalmente, las olas modernas de las décadas de 1990 y 2000 hasta la fecha, en la que surgieron nuevos edificios de personalidades esenciales como César Pelli, Calatrava, Norman Foster y próximamente Zaha Hadid y Carlos Ott.
La relación de la ciudad de Buenos Aires con la Argentina es uno de los grandes enigmas que solieron aparecer, paralelamente, en los otros países con mayor territorio del mundo. Entre su distrito federal, hoy autónomo, y los dos anillos de su área metropolitana, Buenos Aires es el hogar de la tercera parte de la población argentina. La historia de la ciudad tuvo 3 grandes etapas: la primera fue durante su era como punto estratégico urbano del Imperio Español sobre el Río de la Plata, el único de estos en América que no pudo ser tomado por el Imperio Inglés en el Siglo XIX. La segunda como foco de uno de los poderes de la guerra civil posterior a la Independencia de 1816. Y la tercera, sin dudas la más interesante, cuando la Argentina se conformó como un gran país de una sola identidad y con mentalidad de potencia mundial que compitió de manera directa con la construcción de Estados Unidos. Desde la llamada Generación de 1880, conformada por varias de las personalidades más importantes de la Historia Argentina, Buenos Aires creció explosivamente por las olas inmigratorias provenientes de Europa (mayormente España e Italia) y de otras regiones de Asia y Medio Oriente. En este período de aproximadamente 50 años entre la década de 1880 y la de 1930, que coincidió con el nuevo posicionamento de Argentina entre los países más desarrollados del mundo, en la ciudad se construyeron gran parte de los grandes palacios públicos que hoy se siguen destacando en la trama urbana, como el Palacio de Aguas Corrientes, la el Congreso Nacional, los Tribunales, el Colegio Nacional Buenos Aires, entre muchísimos otros. También los grandes planes urbanísticos como la apertura de las Diagonales Norte y Sur y el sistema de ferrocarriles y trenes subterráneos. Al mismo tiempo, el nacimiento de Buenos Aires como gran metrópoli trajo a la ciudad sus primeros rascacielos, como el Railway Building y el Palacio Barolo, uno de los edificios más bellos a nivel mundial. Gustos aparte, la ciudad siempre se mantuvo fresca en relación a los cambios mundiales y su personalidad definida siempre procreó el fenómeno de que surgieran nuevos estilos arquitectónicos que solo pueden verse en Buenos Aires. Posteriormente a la Segunda Guerra Mundial y la era de Le Corbusier en la arquitectura mundial, llegaron las oleadas de edificios modernos y el International Style adaptado a la región. Y finalmente, las olas modernas de las décadas de 1990 y 2000 hasta la fecha, en la que surgieron nuevos edificios de personalidades esenciales como César Pelli, Calatrava, Norman Foster y próximamente Zaha Hadid y Carlos Ott.




















