Diario de Navarra, 17 de junio
"Sueño con instalar mi obra en un bosque de la Ulzama"
El escultor Faustino Aizkorbe presentó ayer en su taller del polígono industrial de Mutilva el conjunto de esculturas que proyecta instalar en una urbanización de lujo situada cerca de la ciudad mexicana de Campeche, en Yucatán.
Inspirada en los bajorrelieves mayas, en la figura del toro o en las aves, la obra escultórica reciente de Faustino Aizkorbe está concebida para decorar un complejo urbanístico que se está construyendo a medio centenar de kilómetros de la ciudad colonial de Campeche. Aizkorbe, que ha adquirido uno de los 3.000 apartamentos que se están construyendo, proyecta instalar una veintena de esculturas de gran formato, de unos diez metros de altura.
¿Qué escultura elegiría como la más emblemática de la muestra?
Hay una pieza que me encanta, porque es como una articulación flotante, aérea. Me recuerda a los pájaros que había allí en la playa y también tiene la fuerza y la forma de los bajorrelieves mayas.
¿Por qué ha querido evocar la figura del toro?
Porque en México les entusiasma, y especialmente al promotor de la urbanización.
¿Fue él quien se lo sugirió?
No, aún no sabe absolutamente nada, porque sólo he hablado con su hijo. Quiero que sea una sorpresa. Todavía tengo que presentar el proyecto. Conllevará tiempo, porque depende de los presupuestos, las posibles modificaciones. Volveré a Campeche en septiembre u octubre, pero antes voy a viajar a la ciudad argentina de Córdoba, donde han hecho un paseo con mi nombre y han colocado una escultura mía. Quiero verlo.
¿Tiene previsto pasar temporadas en México?
Sí, puede que tres meses al año. En el apartamento que he adquirido en Campeche dispondré de un local de 105 m2 para crear una galería de arte de venta directa al público. Allí también quiero mostrar el arte mexicano, que ahora está muy bien considerado. Yo destacaría su colorido: vivo, intenso y muy natural. Su pintura es muy desenfadada.
Y aquí, en Navarra, ¿sueña con crear un espacio para reunir su obra?
Sí, me gustaría que fuese en un bosque, en un entorno absolutamente natural. A mí me encanta la Ulzama y allí ya he visto un terreno maravilloso para llevar a cabo ese proyecto.
Se cumplen cinco años de la muerte de Oteiza. ¿Qué le aportó?
Sobre todo, el entusiasmo. Cada vez que comentaba mi obra sus palabras me resultaban muy rotundas y aquella fue la clave para animarme. Él destacaba mi energía y espontaneidad. Además, su generosidad era increíble. Incluso me ayudaba a cargar con las esculturas para llevarlas al coche. Recuerdo que una de las esculturas que él me regaló la subastamos para sacar dinero y así poder hacer una escultura mía en el colegio de Lekaroz. Su generosidad llegaba hasta ese punto. Hace dos años presentó un proyecto para decorar el jardín de un hotel de Dubai.
Continúa paralizado, así como la torre que había proyectado para la ciudad de Miami. Ahora voy a empezar a trabajar con una gran escultura que me han adjudicado en Valencia (Venezuela). Y el día 24 coloco otra en Navalcarnero (Madrid).
Elija un lugar del mundo donde le gustaría que permaneciese una de sus esculturas.
Más que buscar un sitio, me apetecería poder realizar los proyectos que he ideado para algún lugar. Uno de ellos es la entrada del puente romano de Córdoba, junto a un auditorio que aún está sin construir. Era un proyecto muy bonito, que representaba un gran sol que se envolvía en todo el colorido del atardecer. Si se hiciera, sería maravilloso.