"Operación Mamut": la movilización de la carga más grande y delicada en Colombia
La llegada de las dos torres centrales para Reficar, la próxima refinería de Ecopetrol en Cartagena, implicó este movimiento especializado hecho por una empresa colombiana. Una operación milimétrica.
Desde la planeación hasta la hechura del piso fue una operación milimétrica, pero de grandes dimensiones y responsabilidad.
El movimiento de cargas ultrapesadas y de dimensiones excepcionales ha sido siempre una operación de fina ingeniería y talento en el país, en la cual se utilizan complejos sistemas de transporte y empuje. Pero nunca antes se habían movido piezas del calibre de los dos reactores que llegaron hace unas semanas para la Refinería de Cartagena (Reficar), por el puerto de Mamonal.
Se trata, sencillamente, de las dos torres centrales de la planta, una de vacío y otra térmica, en las cuales se refinará todo el petróleo que abastezca este segundo punto que tendrá Ecopetrol para el suministro del país en la materia.
Las dos torres, una de 900 toneladas de peso y la otra de 580, fueron fabricadas en el Japón y llegaron a Mamonal en lo que se conoce como un "buque proyecto". que es una nave exclusivamente fabricada para mover este tipo de cargas gigantescas y especiales en formas y peso. En tierra, la empresa Mamut de Colombia - que es la más grande y avanzada del país en esta especialidad- dispuso todo el operativo para recibirlas en tierra y moverlas a su sitio de espera, a unos 200 metros del lugar donde atracó el buque, mientras llega el momento de levantarlas y colocarlas en la base que se está construyendo en el centro de la refinería.
La delicada operación tomó más de seis meses para realizar
los estudios de los procedimientos, consecución de equipos
y adecuación del terreno para recibir estas piezas que
miden, la más grande, cerca de 38 metros de largo. Toda esa
planeación desembocó en un trabajo de unas 10 horas que se
pudo cumplir a perfección y en tiempo
Para tal efecto se acoplaron 48 líneas de tráileres especiales que tienen en cada eje sistemas hidráulicos que permiten subirlos o bajarlos, según la necesidad y darles dirección de manera independiente. Esta vez, los remolques se colocaron no solo en línea para dar el largo de las torres sino también "lado a lado" para cubrir el ancho necesario de apoyo.
Para empujar o jalar, según sean el caso y la necesidad, esta plataforma en ruedas se acopla con cinco 'cabezotes' de los cuales dos jalan la carga, dos empujan y uno la mueve lateralmente para ayudar a ubicarla. Cada uno de estos cabezotes, de diferentes marcas pero principalmente MAN y FTF, tiene motores de 500 caballos y cajas automáticas. Además, en uno de los extremos va otro enorme motor que surte la fuerza hidráulica a todas las unidades para efectos de dirección y calibración de las alturas.
Todos estos cabezotes tienen a bordo lastres de unas 27 toneladas para que sus ruedas tengan la tracción necesaria que varía dependiendo del aparato. Usualmente son 6x6 y algunos de 8x8, o sea que llevan seis u ocho ruedas para transmitir la potencia al piso de manera integral.
El funcionamiento coordinado de todos estos aparatos es dirigido por ingenieros muy avezados en la materia que dan las órdenes a los ocho operadores de piso que van calibrando los diferentes mandos. Cualquier error de cálculo puede acarrear la fractura o torcedura de las torres si su peso no está simétricamente soportado.
Para garantizar esto, fue preciso acondicionar todo el piso sobre el cual se desarrolló el descargue y movimiento de las dos torres. Lo usual es hacerlo sobre bases de una madera especial de altísima resistencia a la compresión que también se debió importar pues las exigencias del fabricante de las unidades, del receptor, del transportador y de las aseguradoras son extremas. A tal punto que todo movimiento ha sido previamente estudiado y aprobado por cada parte interesada. Hasta la velocidad e intensidad de la brisa o viento se deben tener en cuenta.
Cuando la parte pertinente de la refinería esté lista para recibir las torres vendrá la segunda fase que se llama "verticalización". Para ello se debe traer temporalmente una grúa especial, casi única en el mundo, que llegará desarmada en 300 contenedores. Una vez levantada en el sitio, puede alzar 1.800 toneladas, con un bloqueo de 200 metros. Para que la torre gire hacia su posición, deberá estar apoyada sobre plataformas móviles que se desplazarán hasta cuando quede suspendida y la grúa la deposite en sus anclajes, lo cual será una operación milimétrica y crítica, que ya está en proceso de diseño.
El barco también es excepcional
El buque, llamado "Fair Partner" de la empresa Jumbo Shipping, es una máquina fuera de serie dentro de su modalidad. Tiene un diseño muy especial pues para compensar la posición del barco y evitar que se ladee peligrosamente al descargarlo, este tiene un sistema que mueve 50 toneladas de lastre de agua por minuto y se hace funcionar a medida que la grúa cambia la carga de sitio y cuando la suelta sobre las plataformas de tierra. Sin este mecanismo sería imposible lograr la maniobra pues el solo movimiento lateral puede destruir la nave y, además, el muelle.
Este barco tiene una característica diferencial con el resto pues su castillo de mando va en la parte delantera, al contrario de lo usual en otras naves cargueras.
Usa dos motores MAN /B&W 9L 32/40 que producen un total de 8.640 kW de potencia y lo mueven a una velocidad de 17 nudos por hora, que es cerca de 40 kph. Mide 144 metros de largo y lleva 164 toneladas únicamente en combustible para su propio funcionamiento.
FRASES
Los reactores, a pesar de ser enormes, no son los más grandes del mundo. A bordo del barco se aprecia una pieza para un oficio similar, que viajaba hacia Rusia y con un peso de 1.100 toneladas. Es decir, casi el doble de los que operarán acá.
En total, los 48 tráileres sumaron 384 llantas, infladas cada una a 120 libras y con un diseño especial para soportar el peso. Son todas sin neumáticos.
La época del año, por la velocidad e intensidad de la brisa o viento, se debe tener en cuenta ya que un empujón incontrolado a la carga puede desembocar en una catástrofe técnica, comercial y humana.
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