El Proyecto Ferropista en la Cordillera Central de Colombia se encuentra en avanzado desarrollo.
Se recoge en esta web la información disponible actualmente. http://www.ferropista.com/
IDEA
Ofrecer una solución moderna de transporte seguro y sostenible de máxima eficiencia que permita el paso a través de la Cordillera Central de Colombia.
Solución integradora de carácter multimodal (modos vial y férreo) que optimiza el servicio en el corredor logístico Bogotá – Buenaventura.
El Proyecto consiste en la realización de un sistema férreo innovador y eficiente para el trasbordo de vehículos de carga entre los bordes occidental y oriental de la Cordillera Central, conectando Quindío (Armenia) y Tolima (Ibagué).
Los camiones y tractomulas se trasladarán sobre vagones plataforma que se integrarán en trenes movidos por locomotoras eléctricas, evitando así el paso por el Alto de La Línea.
La Ferropista permite una mejor continuidad de la vía entre Armenia e Ibagué en la travesía de la Cordillera, de forma que se evite el ascenso a cotas elevadas de los transportes de cargas, eliminando efectos ambientales negativos y colaborando en la integración social y en la equidad.
La demanda actual en el paso por el Alto de La Línea alcanza los 1,5 millones de camiones y tractomulas anuales, del mismo orden que el Eurotúnel (FR – UK) y más que todos los pasos alpinos con túneles de base entre Suiza e Italia.
OBJETIVOS
Reducir los tiempos y los costos del viaje entre Armenia e Ibagué.
Especialización funcional de las infraestructuras de transporte:
Ferropista: transporte de carga.
Autopistas en construcción: autos y buses.
Incrementar la eficiencia y la sostenibilidad ambiental. Luchar contra el Cambio Climático (Objetivos COP21).
Potenciar la competitividad, la productividad y la articulación territorial.
Aportar fiabilidad, seguridad y versatilidad al sistema de transporte.
Mejorar la conectividad en el corredor Bogotá – Buenaventura (520 Km.), potenciando el principal eje de comercio exterior de Colombia.
Favorecer sustancialmente la comunicación entre la cuenca del río Cauca y el Eje Cafetero con la cuenca del Magdalena.
Potenciar la conexión del Puerto de Buenaventura con los puertos del Caribe – Barranquilla, Santa Marta y Cartagena, y con Venezuela.
Mejorar las condiciones de utilización de la vía al Alto de La Línea
Contribuir a la equidad y a la cohesión e integración social en Colombia, favoreciendo las relaciones entre comunidades y poblaciones.
Crear nuevas industrias y oportunidades para la formación especializada y la educación, incorporando así a la Nación a los mayores avances tecnológicos.
Impulsar nuevas actividades económicas y potenciar el desarrollo del turismo.
UN POCO DE HISTORIA
La Cordillera Central de los Andes es la gran barrera que se interpone y separa las dos amplias cuencas fluviales del Magdalena y del Cauca, con un ancho que oscila entre 50 km y 100 km, correspondiendo el valor mínimo precisamente a la zona por la que surca la carretera entre Armenia e Ibagué. Esta importante vía alcanza en la actualidad su cota máxima en el Alto de La Línea, con 3.300 msnm., mientras que su cota en Armenia es de 1.450 m. y de 950 m. en Ibagué. Dicha vía discurre por abruptas e inestables laderas de la Cordillera, siguiendo en buena parte de su recorrido los cursos de los ríos Santo Domingo, Coello y Combeima, con un trazado con cerradas curvas y fuertes pendientes.
Se conoce que ya en la época precolonial existía un Camino Inca que, desde Perú, pasando por Popayán, se dirigía hacia las tierras de Venezuela, superando la Cordillera Central a través del Paso del Quindío, coincidente con el actualmente identificado como Alto de La Línea. Ruta preparada para caminantes, con escalones y empedrados no adecuados para mulas o caballos. En el Virreinato se denominaba como Camino de Cartago, estimulándose ya la colaboración privada en la apertura y mejora de los caminos mediante el otorgamiento de tierras, sin demasiado éxito por las importantes dificultades a superar. En estas épocas no se producían intercambios entre territorios, pues las unidades poblacionales eran autosuficientes. Se tardaba entre 12 y 30 días en atravesar la Cordillera.
Simón Bolívar, según cita Jaime Lopera Gutiérrez en “La Colonización del Quindío”, ordenó el 25 de enero de 1830 “la apertura de un camino de herradura en el paso de los Andes, denominado Quindío, desde la ciudad de Cartago hasta Ibagué”, después de conocer de forma directa las dificultades de la ruta, pues había pernoctado en Boquía unos días antes, lugar entonces de escala en el viaje. Diversos científicos y escritores de los siglos XVIII y XIX se refieren a este paso de la Cordillera: Caldas, Humboldt, Codazzi, Faulhaber y Vergara y Velasco.
La navegación por el río Magdalena y el ferrocarril concitaron la atención sobre vías para el transporte hasta los comienzos del siglo XX, cuando hacia 1920 existían ya unos 600 km de carreteras pavimentadas, pero aún no conectadas entre sí. Los procesos de desplazamiento de las poblaciones rurales y su concentración en ciudades que se desarrollan en la segunda mitad del pasado siglo, acrecentada en los tiempos más recientes, están en el origen de las importantes demandas que hoy soportan las redes de transporte en la Colombia actual, de forma similar a lo que ocurrido en otras partes del mundo.
La reducida participación del modo férreo deriva hacia el carretero toda la responsabilidad de dar respuesta al transporte de cargas, especialmente concentrado en el Paso de La Línea.
Se recoge en esta web la información disponible actualmente. http://www.ferropista.com/
IDEA

Ofrecer una solución moderna de transporte seguro y sostenible de máxima eficiencia que permita el paso a través de la Cordillera Central de Colombia.
Solución integradora de carácter multimodal (modos vial y férreo) que optimiza el servicio en el corredor logístico Bogotá – Buenaventura.
El Proyecto consiste en la realización de un sistema férreo innovador y eficiente para el trasbordo de vehículos de carga entre los bordes occidental y oriental de la Cordillera Central, conectando Quindío (Armenia) y Tolima (Ibagué).
Los camiones y tractomulas se trasladarán sobre vagones plataforma que se integrarán en trenes movidos por locomotoras eléctricas, evitando así el paso por el Alto de La Línea.
La Ferropista permite una mejor continuidad de la vía entre Armenia e Ibagué en la travesía de la Cordillera, de forma que se evite el ascenso a cotas elevadas de los transportes de cargas, eliminando efectos ambientales negativos y colaborando en la integración social y en la equidad.
La demanda actual en el paso por el Alto de La Línea alcanza los 1,5 millones de camiones y tractomulas anuales, del mismo orden que el Eurotúnel (FR – UK) y más que todos los pasos alpinos con túneles de base entre Suiza e Italia.
OBJETIVOS
Reducir los tiempos y los costos del viaje entre Armenia e Ibagué.
Especialización funcional de las infraestructuras de transporte:
Ferropista: transporte de carga.

Autopistas en construcción: autos y buses.
Incrementar la eficiencia y la sostenibilidad ambiental. Luchar contra el Cambio Climático (Objetivos COP21).
Potenciar la competitividad, la productividad y la articulación territorial.
Aportar fiabilidad, seguridad y versatilidad al sistema de transporte.
Mejorar la conectividad en el corredor Bogotá – Buenaventura (520 Km.), potenciando el principal eje de comercio exterior de Colombia.
Favorecer sustancialmente la comunicación entre la cuenca del río Cauca y el Eje Cafetero con la cuenca del Magdalena.
Potenciar la conexión del Puerto de Buenaventura con los puertos del Caribe – Barranquilla, Santa Marta y Cartagena, y con Venezuela.
Mejorar las condiciones de utilización de la vía al Alto de La Línea

Contribuir a la equidad y a la cohesión e integración social en Colombia, favoreciendo las relaciones entre comunidades y poblaciones.
Crear nuevas industrias y oportunidades para la formación especializada y la educación, incorporando así a la Nación a los mayores avances tecnológicos.
Impulsar nuevas actividades económicas y potenciar el desarrollo del turismo.
UN POCO DE HISTORIA
La Cordillera Central de los Andes es la gran barrera que se interpone y separa las dos amplias cuencas fluviales del Magdalena y del Cauca, con un ancho que oscila entre 50 km y 100 km, correspondiendo el valor mínimo precisamente a la zona por la que surca la carretera entre Armenia e Ibagué. Esta importante vía alcanza en la actualidad su cota máxima en el Alto de La Línea, con 3.300 msnm., mientras que su cota en Armenia es de 1.450 m. y de 950 m. en Ibagué. Dicha vía discurre por abruptas e inestables laderas de la Cordillera, siguiendo en buena parte de su recorrido los cursos de los ríos Santo Domingo, Coello y Combeima, con un trazado con cerradas curvas y fuertes pendientes.
Se conoce que ya en la época precolonial existía un Camino Inca que, desde Perú, pasando por Popayán, se dirigía hacia las tierras de Venezuela, superando la Cordillera Central a través del Paso del Quindío, coincidente con el actualmente identificado como Alto de La Línea. Ruta preparada para caminantes, con escalones y empedrados no adecuados para mulas o caballos. En el Virreinato se denominaba como Camino de Cartago, estimulándose ya la colaboración privada en la apertura y mejora de los caminos mediante el otorgamiento de tierras, sin demasiado éxito por las importantes dificultades a superar. En estas épocas no se producían intercambios entre territorios, pues las unidades poblacionales eran autosuficientes. Se tardaba entre 12 y 30 días en atravesar la Cordillera.
Simón Bolívar, según cita Jaime Lopera Gutiérrez en “La Colonización del Quindío”, ordenó el 25 de enero de 1830 “la apertura de un camino de herradura en el paso de los Andes, denominado Quindío, desde la ciudad de Cartago hasta Ibagué”, después de conocer de forma directa las dificultades de la ruta, pues había pernoctado en Boquía unos días antes, lugar entonces de escala en el viaje. Diversos científicos y escritores de los siglos XVIII y XIX se refieren a este paso de la Cordillera: Caldas, Humboldt, Codazzi, Faulhaber y Vergara y Velasco.
La navegación por el río Magdalena y el ferrocarril concitaron la atención sobre vías para el transporte hasta los comienzos del siglo XX, cuando hacia 1920 existían ya unos 600 km de carreteras pavimentadas, pero aún no conectadas entre sí. Los procesos de desplazamiento de las poblaciones rurales y su concentración en ciudades que se desarrollan en la segunda mitad del pasado siglo, acrecentada en los tiempos más recientes, están en el origen de las importantes demandas que hoy soportan las redes de transporte en la Colombia actual, de forma similar a lo que ocurrido en otras partes del mundo.
La reducida participación del modo férreo deriva hacia el carretero toda la responsabilidad de dar respuesta al transporte de cargas, especialmente concentrado en el Paso de La Línea.