Cumple con el objetivo de conservación :banana:
Nido de Quetzalcoatl
Jardín de maravillas
La enorme serpiente, que emerge entre pozas, no es la única estructura espectacular en el Nido de Quetzalcóatl. El parque entero está atravesado por laberintos, pasillos y túneles formados por la vegetación; las barrancas se comunican entre sí por puentes curvilíneos y, de tanto en tanto, aparecen extravagantes bancas de sinuosa forma.
A su invernadero, enclavado en un rincón conocido como el Jardín de las Flores, se accede a través de un colorido túnel que se asemeja a la cabeza de un caracol. Al llegar al corazón del espacio –la “concha” del caracol– el visitante es recibido por una atmósfera multicolor producida por sus vitrales. Se tiene la sensación de estar dentro de un enorme caleidoscopio.
El teatro al aire libre resulta igual de sorprendente, pues aprovecha los desniveles del suelo. El escenario y las gradas en forma de terraza están cubiertos por una alfombrilla de pasto verde y posee una acústica envidiable.
Conexión natural
El Nido de Quetzalcóatl no sólo se inspira en la naturaleza,
también es amigable con ella. Sus extensos jardines y arboledas son regadas con agua de captación pluvial; cuenta con baños secos en el exterior y
una huerta para el consumo de los vecinos. Además,
funciona como un santuario para la flora y fauna: en su interior abundan las aves e insectos, mientras que en sus lagos han encontrado nuevo hogar diversas especies de peces y anfibios.
En una de sus pozas, alimentada por una fuente conforma de serpiente, habita una familia de carpas japonesas que juega debajo del chorro de agua. Sobre la superficie, singulares sillas con forma de nube blanca
navegan entre flores, lirios otras plantas acuáticas… una escena salida de un cuadro surreal, como casi todo lo que fluye y serpentea en este jardín donde las paredes adquieren estado líquido.
https://www.mexico.mx/es/articles/visita-la-guarida-de-la-serpiente-emplumada