En cuanto a los US$ 9 mil millones que supuestamente robó Fujimori... es un argumento infantil. Para empezar, esa suma considera capitalización en muchas empresas privatizadas, así como inversiones que se fueron haciendo a lo largo de los años. O usted cree que la reconstrucción de toda la Panamericana se hizo sin costo? De dónde salió el billete para asfaltar la carretera hasta Tarapoto? O hasta Cusco? O hasta Puno? O la Ilo-Desaguadero? O para comprar los Mig29, o los Sukhoi 25? O para construir los cientos de colegios que a usted tanto lo enfurecen? O para prepagar la deuda externa y obtener mejores condiciones en el Plan Brady? O para mejorar los hospitales? O para hacer funcionar tan bien el Foncodes o el Pronaa, que siempre funcionaron como un reloj y donde nunca faltó el vaso de leche? (a pesar de que usted dice que es dañina para el hombre andino y que se usó políticamente)
Y De dónde salió el billete para:
- Los Mil Millones de Dolares que tenia Vladimiro en sus cuentas del extranjero y en la caja chica que utilizaba para comprar a politicos y dueños de canales de televisión (hemos visto meter un millon de dolares en un paquetito, como si nada)
- Los 14 millones de Dolares del Gnral. Nicolas Hermoza Rios
O para prepagar la deuda externa y obtener mejores condiciones en el Plan Brady?
- - ¿Quiénes han resultado beneficiados dentro del país con las negociaciones realizadas en el Club de París y en torno al Plan Brady?
-
- El sector privado. Dentro de éste, el sector bancario, el sector comercial importador, las transnacionales que reciben los créditos para los proyectos grandes, la Bolsa de Valores.
Oscar Ugarteche, economista
No me agrada utilizar el fácil recurso de Copy/Paste, sin embargo, en una tema tan complejo como el problema económica, que requiere una gran documentación de la que yo carezco, he preferido exponer este articulo, que detalla insuperablemente la ineptitud del gobierno fujimorista en lo que respecta a materia económica, convirtiendo al pueblo en un esperanzado de limosnas y obras con fines proselitistas. Espero que me tengan la delicadeza de leerlo completamente y con atención:
Cómo democratizar el uso de la cooperación internacional
Mariano Valderrama
Luego de la manipulación política de la ayuda a la población en extrema pobreza por el fujimorismo, está sobre el tapete el repensar la cooperación en este campo. El autor, experto en el tema, aporta reflexiones de gran interés.
Hoy, el Perú confronta cifras que pueden causar el asombro de cualquiera. Así, 50% de los peruanos vive en situación de pobreza. De ellos, casi un tercio sobrevive en condiciones de pobreza extrema. Al lado de esto, 38% de los hogares consumen alimentos donados por el gobierno; esta cifra aumenta considerablemente en algunos departamentos de la sierra, donde llega a 60%.
En esta situación, y a falta de una estrategia de generación de empleo, los programas sociales del fujimorismo (PRONAA, FONCODES, PRONAMACHCS, PROFINES), financiados en buena parte con créditos de los organismos multilaterales y donaciones de la cooperación técnica internacional, fueron usados por el régimen con claros fines de clientelaje político(1). Hoy se plantea el reto de cambiar sustantivamente la gestión de los programas sociales y de la cooperación internacional. Temas como el de la institucionalidad, la transparencia, la descentralización y la participación ciudadana adquieren nueva vigencia.
Hay algo que resulta notorio y palpable: en el Perú de los noventa no se han generado puestos de trabajo estables y con remuneraciones adecuadas(2). Como la política económica y el mercado no han resuelto semejante cuestión, no es extraño que el Estado, a través de los programas sociales, haya procurado cubrir parcialmente las necesidades del 50% de la población. Por ejemplo, Campodónico señala que el gasto social en el Perú ha aumentado notoriamente desde 1992, pues ha pasado del 2% del PBI en ese año a 7,6% en 1999, pero –acota–, a diferencia de otros países cercanos, que han privilegiado la inversión en capital humano (salud y educación), en el Perú, en cambio, se han preferido los programas asistenciales. Todos éstos, por supuesto, han estado a cargo de una frondosa maquinaria administrativa al servicio político del gobierno. No es raro admitir, entonces, que semejante situación fuese usada con claros fines de manipulación electoral(3).
El 38% de los hogares peruanos consumen alimentos donados por el gobierno. Esta cifra llega al 60% en algunos departamentos de la sierra(4). De ahí que no llama la atención el uso político que se le dio en las recientes elecciones a los programas de alimentos. Varios reportajes en los medios de comunicación han dado cuenta de cómo estos programas de apoyo alimentario condicionaron la continuidad de los servicios a la asistencia de los pobladores a mítines electorales y a su adhesión a la campaña de la alianza gobiernista Perú 2000. No fue casual el apoyo brindado por el PRONAA a la candidatura del señor Manuel Vara Ochoa, candidato oficialista al Parlamento, quien se desempeñaba como jefe de esa institución(5).
El PRONAA se convirtió desde 1998 en un instrumento proselitista electoral. Así, se obligó a los comedores que recibían alimentos a que en sus locales se colocaran carteles del PRONAA, que se los pintara con los colores del partido de gobierno, que las señoras que realizaban diversas tareas en la preparación de alimentos usaran mandiles y gorros de los mismos colores. Los promotores del PRONAA, a su vez, promovían lealtades interesadas a su director (convertido en candidato) y al ex presidente Fujimori. Múltiples testimonios indican que las mujeres se sintieron presionadas y chantajeadas. Los alimentos, por tanto, estaban condicionados a la participación de los beneficiarios en manifestaciones del oficialismo6.
El Banco Mundial realizó un estudio empírico sobre la utilización política de FONCODES(7), fondo creado en 1991 por el presidente Fujimori como uno de emergencia, para aliviar la pobreza y mejorar el acceso a los servicios sociales. Un análisis desagregado del gasto de 500 millones de dólares realizado por el Fondo por provincias, constata que los egresos de FONCODES se incrementaron significativamente antes de las elecciones y fueron dirigidos a aquellas provincias en las cuales el impacto político marginal parecía ser mayor.
Otra publicación del Banco Mundial cuestiona la política de construcción de escuelas ejecutada por el gobierno de Fujimori(8), que no fue acompañada de las inversiones requeridas en otros rubros (provisión de un número suficiente de maestros calificados, cumplimiento de un programa efectivo de provisión de horas de clase al año, etcétera). De las estadísticas oficiales se desprende, además, que la mayor inauguración de escuelas coincidió con los períodos de campaña electoral.
Estudios hechos por Adrianzén y Graham y Cheikh Cane ponen también en evidencia la interferencia política en la asignación de los recursos de los programas sociales(9). Otro estudio reciente de la Universidad del Pacífico muestra que aproximadamente un millón de los más pobres no habrían recibido los beneficios de estos programas, lo que evidencia problemas en la orientación del gasto.
Varios medios de comunicación, por su parte, han denunciado documentadamente el uso político de los fondos del Programa Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos (PRONAMACHCS), uno de los proyectos de cooperación más grandes, que orientó su acción hacia las comunidades campesinas pobres a través de una red de agencias departamentales y promotores. Su promotor, Absalón Vásquez, asesor presidencial y líder de Perú 2000, mantuvo el control de la agencia, utilizándola para las campañas proselitistas del gobierno.
Todo lo anterior permitió que el gobierno ganase, en las últimas elecciones, en 85 de las 125 circunscripciones donde se encuentran las oficinas donde opera PRONAMACHCS. No es casualidad, pues, que tres ex funcionarios de esta institución resultaran elegidos en las listas del oficialismo para el Congreso(10).
Entonces, resulta natural proponer la pregunta: ¿cómo evitar todos estos manejos irregulares de los programas sociales y de los fondos de cooperación internacional? Hoy se plantea el reto de cambiar sustantivamente la gestión de los programas sociales y de la cooperación internacional. Temas como el de la institucionalidad, la transparencia, la descentralización y la participación ciudadana adquieren nueva vigencia. Queda como tarea de mediano plazo encarar la lucha contra la pobreza sobre la base de una política de generación de empleo y de desarrollo.
La opinión pública ha recibido con beneplácito el anuncio del nuevo gobierno de que se pondrá coto al uso proselitista de los recursos públicos. Es preciso investigar y sancionar a quienes manejaron los programas sociales y utilizaron los fondos de cooperación internacional como instrumentos de manipulación política.
Si examinamos la forma como se ha estructurado la gestión de los recursos surge claramente como un tema central el del centralismo y el de la concentración del poder en manos de pocos ministerios (Presidencia, PROMUDEH) y de unos cuantos programas (FONCODES, PRONAA, PRONAMACHCS). Éstos diseñaron, negociaron y decidieron, desde Lima, los proyectos de cooperación, con escasa o nula participación de los actores regionales. Si existe un gran clamor que atender ése es, probablemente, de recursos a los gobiernos locales y el de la descentralización.
Otro tema urgente es el de la institucionalidad. Los programas sociales con créditos o subsidios internacionales asumieron el carácter de feudos y obedecían a una lógica fragmentada. No ha habido una agenda de desarrollo que los integre. En el ámbito de las regiones y de los distritos, los responsables de la ejecución de los programas de cooperación no han coordinado entre sí, con lo que se generan absurdas duplicidades y un uso irracional de los recursos. Tampoco se articulan los proyectos con estrategias de desarrollo regional.
Tomará algún tiempo modificar el sistema de cooperación, generar una nueva lógica de descentralización e integración de proyectos. Entre tanto, es importante abrir los canales para el diálogo. En las regiones debe convocarse a reuniones que involucren a los gobiernos locales, al sector público, a los encargados de los proyectos y a los diversos actores locales, buscando generar sinergia en la gestión de los programas sociales y de cooperación al desarrollo en el ámbito regional. Igualmente, se debe dar un nuevo protagonismo a los municipios en la cooperación internacional y el gasto público.
La participación de la sociedad en la gestión de los programas sociales y en el manejo de la cooperación internacional es un paso necesario y urgente. Es indudable que universidades, colegios profesionales, gremios y ONG pueden aportar con planteamientos así como también contribuir a un manejo más transparente de la cooperación.
Finalmente, cabe señalar que los ciudadanos tenemos derecho a participar y a estar informados. Un requerimiento urgente se refiere a la transparencia en el manejo de la cooperación internacional. Desde hace varios años, no existe de parte del Ministerio de Economía y Finanzas, del Ministerio de la Presidencia ni de la SECTI informe, publicación ni página web en Internet que informe del manejo ni de la evaluación de los recursos de la cooperación ni dé cuenta mínima de la cartera de proyectos ejecutados en los últimos años. Tampoco existe un presupuesto desagregado que permita cotejar el gasto público previsto y ejecutado por regiones.
Mariano Valderrama es investigador del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES).
1. Este problema está desarrollado en el libro Mito y realidad de la ayuda externa (Lima: ALOP/CEPES, diciembre del 2000), que incluye también otros ensayos relacionados con el tema.
2. Véase Iguiñiz, Javier, en Quehacer Nº 122. Lima: Desco, 2000.
3. Campodónico, Humberto: "Ampay: Gobiernos dictatoriales para administrar la pobreza", en Quehacer. Lima: Desco, 2000.
4. Flores, Rosa: Impacto de los programas de apoyo alimentario en las condiciones de vida. Lima: INEI, marzo del 2000.
5. Huamán, Josefina: "Nuevos actores, situación y perspectivas del movimiento de mujeres". Lima, julio del 2000 (manuscrito).
6. Ver informe citado, así como la evaluación realizada por el Instituto Apoyo del PRONAA, 1998.
7. Schady, Norbert: "Seeking Votes: The Political Economy of Expenditures by the Peruvian Social Fund (FONCODES), 1991-95". Poverty Division, Poverty Reduction and Economic Management Network. Washington: Banco Mundial, agosto de 1999. Disponible en el sitio web del Banco en Internet. Ver también, de Norbert Shady: "Picking the Poor: Indicators for Geographic Targeting in Peru". Washington: Banco Mundial, 2000.
8. Schady, Norbert y Cristina Paxson: "Do School Facilities Matter? The Case of the Peruvian Social Fund (FONCODES)". Poverty Division, Poverty Reduction and Economic Management Network. Washington: Banco Mundial, noviembre de 1999.
9. Adrianzén, Alberto: Participación política, mujeres y gasto público. Lima: Grupo Propuesta Ciudadana y Flora Tristán, 1998. Informe sobre gasto social realizado en Desco con el apoyo del Consejo Latino Americano de Ciencias Sociales (CLACSO); Graham, Carol y Cheikh Kane: "Opportunistic Government or Sustaining Reform: Electoral Trends and Public Expenditure Patterns in Peru, 1990-95". Latin American Research Review, enero de 1998.
10. "En nombre de los pobres. Elecciones 2000", en La República, Lima, jueves 2 y viernes 9 de julio del 2000. Investigación a cargo de Edmundo Cruz.