http://www.losandes.com.ar/notas/2009/10/20/departamentales-452420.asp
Espacios públicos
Recuperan el devastado parque Costero
El municipio de Luján trabaja en la reforestación y el mantenimiento de los espacios verdes. También mejorará la "Ruta de los descansos".
Poco a poco, este espacio familiar ubicado junto al río Mendoza va tomando forma nuevamente. Foto: Marcelo Ruiz
martes, 20 de octubre de 2009
El terreno que media entre la ribera izquierda del río Mendoza y la calle San Martín, en medio de la ex ruta 40 y la calle Cipolletti, es lo que queda del parque Costero de Luján de Cuyo. El espacio rodeado de basurales y asentamientos precarios ha sido objeto de inagotables episodios de destrucción y robos.
El abandono y el vandalismo deshicieron el parque en los últimos seis años. A raíz de esto, el municipio lujanino busca recuperar el espacio para este verano y frenar la inseguridad en esa zona. También puso en marcha un programa de mantenimiento de la ruta 82 conocida como la "Ruta de los descansos".
El parque Costero tiene una extensión de 6 hectáreas y fue inaugurado durante el mandato del ex intendente justicialista Luis Carral. Los vecinos que recuerdan sus inicios, lo describen como "un entorno parquizado y arbolado, que en los días soleados de primavera y verano invitaba al encuentro con la naturaleza y la fresca brisa del río".
Tenía juegos para niños, espacios deportivos, sanitarios, churrasqueras, un anfiteatro y hasta un embarcadero. En su época de mayor esplendor fue el sitio preferido y elegido por muchas familias mendocinas para el esparcimiento, el recreo y un buen asado con amigos.
Con el paso del tiempo la Municipalidad no pudo sostener vigilancia en la zona, ni invertir recursos en su cuidado y mantenimiento. Lentamente desaparecieron los juegos infantiles, las churrasqueras, las luminarias y el cierre perimetral. Las mesas y los bancos de material, fueron demolidos a golpes o usurpados.
Los artefactos de los sanitarios fueron saqueados y las paredes derribadas. Los árboles también sufrieron una sistemática depredación. En su mayoría fueron talados y utilizados como leña. La oscuridad y sensación de inseguridad contribuyó a que este espacio fuera perdiendo interés para la gente.
Desde 2002 se propusieron varias ideas para que los lujaninos recuperen el espacio público cedido a la miseria. Entre ellas se pensó en la posibilidad de traspasar su explotación a una empresa privada, en una suerte de privatización parcial durante algunos años. También se estudió la alternativa de apadrinar el ambiente o entregar las hectáreas a los clubes de la zona.
Otro de los proyectos de reactivación, planteó hacer canchas de fútbol auxiliares al estadio, conservando la zona de churrasqueras, bajo la administrada de los vecinos. Las iniciativas no dejaron de sucederse. Pero los resultados coincidieron en todos los casos: "Nunca logró ejecutarse una acción concreta".
Actualmente, el municipio comenzó con los trabajos de recuperación del espacio verde. "El propósito es reconstruir y activar el parque Costero para este verano", dijo Víctor Gutiérrez (43) encargado del área. El primer paso fue limpiar y traer el agua del río mediante un sistema de acequias. Después reforestar. Ya hay plantados nuevamente 72 ejemplares de árboles. Esta actividad es llevada a cabo por personal municipal y el Vivero de Recursos Renovables y Naturales de la provincia. "Ésta es la primera etapa, esperamos continuar con la luminaria, churrasqueras, bancos y juegos", dijo Ulises Vitale, funcionario municipal.
Para los vecinos que ven con entusiasmo la iniciativa, la única forma de recuperar el parque es brindando seguridad. "No se puede cruzar por la zona después de las 10 de la noche", advirtió Carlos (33), dueño de una rotisería a una cuadra del parque. Todos coinciden en que lo más importante a solucionar es la iluminación.
"A la noche es una boca de lobo", sostuvo un vecino de apellido Ríos (48) y agregó: "Vivo hace doce años pegado al parque y hace unos 6 que no tiene vigilancia exclusiva. Durante este tiempo ha estado realmente muy abandonado. Los otros días llegó una camioneta y comenzó a llevarse las pocas mesas que quedaban. De inmediato llamamos a la policía, pero no pudimos detenerla", comentó con tono pesimista.
Desde la calle Gobernador Ortiz hacia el oeste del departamento se pueden observar pequeños paradores que decoran el paisaje del pedemonte. La comuna puso en marcha el mantenimiento y reforestación de estos paradores ubicados en la ruta 82.
"Sobre la costanera sur hay plantados alrededor de 3.000 árboles nuevos", precisó Roxana, quien trabaja para la municipalidad y es una de las tantas empleadas que participa de este proyecto.
Javier Cusimano - Especial para Los Andes
Asados y largas tertulias
martes, 20 de octubre de 2009
El parque Costero era un espacio de esparcimiento y recreo para muchas familias de Luján de Cuyo y para otras provenientes de otros departamentos. A principios de esta década, el lugar lucía armonioso, con árboles, césped y churrasqueras, además de sanitarios y otras comodidades.
La sombra en verano era una tentadora convocatoria para muchos residentes de los alrededores. Asados y largas tertulias en la tarde, mate y confituras de por medio, se convirtieron en un clásico de los días feriados o de fin de semana. Había seguridad, se custodiaba el parque y la generosidad de la naturaleza parecía que se extendería por años. Era el "parque San Martín" de la región.
Pero, de improviso, alrededor de 2002 ó 2003, los vándalos empezaron a adueñarse del lugar. La Policía y la Municipalidad cedieron en la custodia inexplicablemente y en poco tiempo, el sitio de verde expresión fue literalmente arrasado, destruido por modernos Atila.
Los González-Correa, una familia tradicional de Luján, se juntaban allí todos los años al promediar diciembre, como anticipo de las fiestas. Ni ese numeroso clan ni otros pudieron volver al rincón natural, cuando los bancos, los fogones y los forestales fueron borrados del lugar por una furia destructiva que nadie supo controlar.
Había juegos para niños, sanitarios, churrasqueras y sombra abundante, que ofrecían cientos de árboles. Y precisamente el aliado forestal es lo primero que se perdió: sin riego, muchas plantas se secaron y el hacha de personas que necesitaban leña para calentarse, terminó por arrasar el complejo.
Por Miguel Títiro - Redactor