El Ayuntamiento ya ha recibido consultas de tres grupos, uno de ellos vinculado a la cadena Abba El precio del metro cuadrado en la zona alcanza ya los 400 euros
J. P./GIJÓN
Los terrenos de la ería del Piles que durante varios años estuvieron reservados en vano para albergar el balneario de Gijón podrían tener compradores. Varios grupos empresariales, al menos tres según informaron a este periódico desde el ámbito municipal, se han interesado por las posibilidades urbanísticas de esta apetecible y, hasta ahora, poco desarrollada franja del paseo marítimo local. Las mismas fuentes han señalado que las ideas que se plantean van en la línea de crear en aquella zona equipamientos de tipo hotelero, hostelero, comercial y de ocio.
Otras fuentes han indicado que uno de los movimientos más firmes para hacerse con este suelo lo han protagonizado empresarios del sector de la construcción de la ciudad, asociados a accionistas del grupo hotelero Abba. Esta empresa, de capital vasco, edificó en la antigua finca de la familia Rato un hotel de cuatro estrellas, abierto recientemente. En este proyecto tomaron parte, además de la propia cadena hotelera, algunos empresarios locales, en un modelo de colaboración que se ha convertido en muy usual en la construcción de los grandes hoteles inaugurados en los últimos tiempos o que están a punto de ponerse en marcha.
La unidad 100
Según algunas informaciones, Abba tantearía la posibilidad de hacer un equipamiento complementario a su hotel y, de paso, cerrar la posibilidad de que otra empresa de la competencia aproveche el 'tirón' urbanístico de esta zona litoral.
La parcela en cuestión es la unidad de actuación 100, un conjunto de terrenos que se desgajó del llamado Plan Especial de Reforma Interior (PERI) número 11. Éste prevé, desde hace más de dos décadas, el desarrollo urbanístico de todos los terrenos comprendidos entre el Muro y la carretera de la Providencia.
La unidad 100, que tiene una extensión bruta de 32.860 metros cuadrados, fue separada en su momento del PERI-11 con la idea de desarrollar el centro de talasoterapia. Las idas y venidas de este proyecto desembocaron en la decisión de llevar el balneario a la zona de Poniente, pero no cerraron las posibilidades de desarrollar este suelo de manera acorde con el entorno de viviendas de baja densidad, espacios verdes y equipamientos de ocio.
Sector terciario
Los altos precios del suelo, indicaron, constituyen una de las principales trabas para que se pueda desarrollar un proyecto de alcance en la ería del Piles. En medios del sector de la construcción se asegura que los propietarios de estas fincas, una docena aproximadamente, plantean unos precios por metro cuadrado que rondan en ocasiones los 400 euros, unas 70.000 pesetas.
Las opciones de compra que la empresa Orenes-Franco desembolsó para poder tener derecho a presentarse al primer concurso del casino -se combinaba en un mismo edificio el balneario y la sala de juego- desencadenaron esta fuerte revalorización, que ahora es imparable y condiciona cualquier intervención sobre dicho espacio.
Por lo que se refiere a las limitaciones que marca el Plan General de Ordenación Urbana, la ficha de aquella zona indica que de la superficie bruta de suelo se podrán construir sobre rasante unos 9.860 metros cuadrados, con una edificabilidad bruta de 0,30 metros cuadrados por metro cuadrado.
Por lo que se refiere a los usos del suelo, la ficha del Plan General alude de manera directa al «terciario y hotelero», una denominación genérica en la que cabe casi todo menos los usos residenciales.
La empresa que quisiera desarrollar este espacio tendría capacidad para hacer restaurantes, cines, una bolera, un hotel, otro tipo de locales de ocio y hasta una mediana zona comercial. No sería posible una gran superficie, pero sí un local que, como mucho, podría dedicar a esta actividad un máximo de 2.500 metros cuadrados.p
J. P./GIJÓN
Los terrenos de la ería del Piles que durante varios años estuvieron reservados en vano para albergar el balneario de Gijón podrían tener compradores. Varios grupos empresariales, al menos tres según informaron a este periódico desde el ámbito municipal, se han interesado por las posibilidades urbanísticas de esta apetecible y, hasta ahora, poco desarrollada franja del paseo marítimo local. Las mismas fuentes han señalado que las ideas que se plantean van en la línea de crear en aquella zona equipamientos de tipo hotelero, hostelero, comercial y de ocio.
Otras fuentes han indicado que uno de los movimientos más firmes para hacerse con este suelo lo han protagonizado empresarios del sector de la construcción de la ciudad, asociados a accionistas del grupo hotelero Abba. Esta empresa, de capital vasco, edificó en la antigua finca de la familia Rato un hotel de cuatro estrellas, abierto recientemente. En este proyecto tomaron parte, además de la propia cadena hotelera, algunos empresarios locales, en un modelo de colaboración que se ha convertido en muy usual en la construcción de los grandes hoteles inaugurados en los últimos tiempos o que están a punto de ponerse en marcha.
La unidad 100
Según algunas informaciones, Abba tantearía la posibilidad de hacer un equipamiento complementario a su hotel y, de paso, cerrar la posibilidad de que otra empresa de la competencia aproveche el 'tirón' urbanístico de esta zona litoral.
La parcela en cuestión es la unidad de actuación 100, un conjunto de terrenos que se desgajó del llamado Plan Especial de Reforma Interior (PERI) número 11. Éste prevé, desde hace más de dos décadas, el desarrollo urbanístico de todos los terrenos comprendidos entre el Muro y la carretera de la Providencia.
La unidad 100, que tiene una extensión bruta de 32.860 metros cuadrados, fue separada en su momento del PERI-11 con la idea de desarrollar el centro de talasoterapia. Las idas y venidas de este proyecto desembocaron en la decisión de llevar el balneario a la zona de Poniente, pero no cerraron las posibilidades de desarrollar este suelo de manera acorde con el entorno de viviendas de baja densidad, espacios verdes y equipamientos de ocio.
Sector terciario
Los altos precios del suelo, indicaron, constituyen una de las principales trabas para que se pueda desarrollar un proyecto de alcance en la ería del Piles. En medios del sector de la construcción se asegura que los propietarios de estas fincas, una docena aproximadamente, plantean unos precios por metro cuadrado que rondan en ocasiones los 400 euros, unas 70.000 pesetas.
Las opciones de compra que la empresa Orenes-Franco desembolsó para poder tener derecho a presentarse al primer concurso del casino -se combinaba en un mismo edificio el balneario y la sala de juego- desencadenaron esta fuerte revalorización, que ahora es imparable y condiciona cualquier intervención sobre dicho espacio.
Por lo que se refiere a las limitaciones que marca el Plan General de Ordenación Urbana, la ficha de aquella zona indica que de la superficie bruta de suelo se podrán construir sobre rasante unos 9.860 metros cuadrados, con una edificabilidad bruta de 0,30 metros cuadrados por metro cuadrado.
Por lo que se refiere a los usos del suelo, la ficha del Plan General alude de manera directa al «terciario y hotelero», una denominación genérica en la que cabe casi todo menos los usos residenciales.
La empresa que quisiera desarrollar este espacio tendría capacidad para hacer restaurantes, cines, una bolera, un hotel, otro tipo de locales de ocio y hasta una mediana zona comercial. No sería posible una gran superficie, pero sí un local que, como mucho, podría dedicar a esta actividad un máximo de 2.500 metros cuadrados.p