La mayor parte de la M-50 oeste entra hoy en servicio
El macroproyecto del Ministerio de Fomento para descongestionar los accesos por carretera a la capital sigue quemando etapas. Hoy se inauguran dos nuevos tramos libres de pago de la M-50 oeste, con lo que el nuevo cinturón ya tiene casi 40 de sus más de 86 kilómetros en servicio
Amaya de Lima
Los conductores habituales de la zona oeste de la región se van a encontrar este lunes con una sorpresa tan inesperada como positiva para sus desplazamientos por carretera. Cuando ya parecía que 2003 se iba a despedir con sólo una de las nuevas radiales de peaje y su correspondiente tramo de M-50 libre de pago en servicio, el Ministerio de Fomento ejercerá hoy de improvisado Papa Nöel y abrirá al tráfico dos nuevos tramos del sector oeste del mencionado cinturón. El primero de ellos, de 7,7 kilómetros de longitud, conectará la M-409 con la A-5 (carretera de Extremadura) a la altura de Alcorcón, mientras que el segundo, de 7,8 kilómetros, ampliará el servicio que ya daba el denominado eje pinar entre la localidad de Las Rozas y el enlace con la autopista A-6 (carretera de La Coruña).
En realidad, los planes del departamento que dirige Francisco Álvarez Cascos ¬que interrumpirá su descanso de fin de semana para estar hoy al pie de la carretera y cortar la cinta inaugural¬ pasaban por poner en servicio antes de fin de año los 29,3 kilómetros de la M-50 Oeste libres de pago, los 33,1 de la R-3 (Eje O´Donnell-Arganda del Rey) y los 31,3 de la R-5 (M-40-Navalcarnero), los dos últimos de peaje, pero un inesperado accidente se interpuso en los planes de los técnicos.
A finales del pasado mes de septiembre, unos 150 de los 800 metros de un falso túnel de la M-50 se desplomaron en el kilómetro 18 de la vía, a la altura del municipio de Boadilla. Las medidas de control y seguridad que se siguen tanto en esta obra como en el resto de las radiales, unida a la intuición de los operarios ¬que enseguida se dieron cuenta de que «pasaba algo»¬ evitaron que algún obrero quedara atrapado bajo las placas de la cubierta del subterráneo, que cayeron una tras otra como fichas de dominó.
Afortunadamente, el incidente se saldó sin muertos o heridos ¬ni siquiera leves¬ , pero el desplome tiró por tierra el plan de trabajos previsto para cumplir los plazos.
La concesionaria Accesos de Madrid y las constructoras (Sacyr, OHL, ACS y FCC) tuvieron que echar abajo el resto de la estructura, limpiar y empezar a levantarla desde cero. Paralelamente, los técnicos del Ministerio de Fomento estudiaron la situación que se les planteaba: la R-3 y la R-5 estarían listas en la fecha acordada, pero el propio contrato de construcción, explotación y mantenimiento de ambas vías adjudicado a Accesos de Madrid establece que todos los tramos gratuitos de la M-50 incluidos en la concesión deben entrar en servicio antes o al mismo tiempo que las autopistas de pago asociadas a ellos. Como quiera que el tramo afectado por el derrumbamiento ¬que se prolonga a lo largo de 12,4 kilómetros como medida de seguridad¬ no podía estar listo para este mes, los técnicos del Ministerio y de las constructoras han decidido abrir la «porción» de M-50 oeste no afectada por el suceso y esperar a que todo el arco gratuito esté en perfectas condiciones ¬lo que podría ocurrir a finales de febrero¬para permitir el tránsito de los vehículos en las carreteras de peaje.
Esta decisión, de la que se beneficiarán miles de conductores a diario, pone en marcha o refuerza dos segmentos muy importantes del nuevo cinturón. El primero dará continuidad al denominado Eje Culebro, una parte de la M-50 que ya funciona entre la A-4 (Andalucía) y la M-409, permitiendo a los conductores que la utilicen llegar hasta la A-5. Además, la propia M-409 verá reducida drásticamente el tráfico de vehículos pesados en su asfalto. Este tramo, de 7,7 kilómetros, discurre bajo la línea del ferrocarril a Extremadura y también permitirá enlazar con las carreteras M-506 y M-501.
«Saltando» el tramo que permanece en obras llegaríamos al segundo de los sectores que se inaugurarán hoy, 7,8 kilómetros entre Majadahonda y la A-6, que no será tan novedoso para los automovilistas habituales de la zona. Está actualmente en servicio, pero la concesionaria ha realizado importantes obras de ampliación y remodelación para adaptarlo a las condiciones generales del nuevo cinturón. Así, el trazado primitivo se amplía a tres carriles por calzada hasta el enlace con la carretera de Villanueva del Pardillo (M-509), y desde ahí utiliza dos carriles para conectar con la M-505, con los distintos accesos al parque empresarial de Las Rozas y con la A-6, aprovechando la actual estructura del Eje Pinar.
El macroproyecto del Ministerio de Fomento para descongestionar los accesos por carretera a la capital sigue quemando etapas. Hoy se inauguran dos nuevos tramos libres de pago de la M-50 oeste, con lo que el nuevo cinturón ya tiene casi 40 de sus más de 86 kilómetros en servicio
Amaya de Lima
Los conductores habituales de la zona oeste de la región se van a encontrar este lunes con una sorpresa tan inesperada como positiva para sus desplazamientos por carretera. Cuando ya parecía que 2003 se iba a despedir con sólo una de las nuevas radiales de peaje y su correspondiente tramo de M-50 libre de pago en servicio, el Ministerio de Fomento ejercerá hoy de improvisado Papa Nöel y abrirá al tráfico dos nuevos tramos del sector oeste del mencionado cinturón. El primero de ellos, de 7,7 kilómetros de longitud, conectará la M-409 con la A-5 (carretera de Extremadura) a la altura de Alcorcón, mientras que el segundo, de 7,8 kilómetros, ampliará el servicio que ya daba el denominado eje pinar entre la localidad de Las Rozas y el enlace con la autopista A-6 (carretera de La Coruña).
En realidad, los planes del departamento que dirige Francisco Álvarez Cascos ¬que interrumpirá su descanso de fin de semana para estar hoy al pie de la carretera y cortar la cinta inaugural¬ pasaban por poner en servicio antes de fin de año los 29,3 kilómetros de la M-50 Oeste libres de pago, los 33,1 de la R-3 (Eje O´Donnell-Arganda del Rey) y los 31,3 de la R-5 (M-40-Navalcarnero), los dos últimos de peaje, pero un inesperado accidente se interpuso en los planes de los técnicos.
A finales del pasado mes de septiembre, unos 150 de los 800 metros de un falso túnel de la M-50 se desplomaron en el kilómetro 18 de la vía, a la altura del municipio de Boadilla. Las medidas de control y seguridad que se siguen tanto en esta obra como en el resto de las radiales, unida a la intuición de los operarios ¬que enseguida se dieron cuenta de que «pasaba algo»¬ evitaron que algún obrero quedara atrapado bajo las placas de la cubierta del subterráneo, que cayeron una tras otra como fichas de dominó.
Afortunadamente, el incidente se saldó sin muertos o heridos ¬ni siquiera leves¬ , pero el desplome tiró por tierra el plan de trabajos previsto para cumplir los plazos.
La concesionaria Accesos de Madrid y las constructoras (Sacyr, OHL, ACS y FCC) tuvieron que echar abajo el resto de la estructura, limpiar y empezar a levantarla desde cero. Paralelamente, los técnicos del Ministerio de Fomento estudiaron la situación que se les planteaba: la R-3 y la R-5 estarían listas en la fecha acordada, pero el propio contrato de construcción, explotación y mantenimiento de ambas vías adjudicado a Accesos de Madrid establece que todos los tramos gratuitos de la M-50 incluidos en la concesión deben entrar en servicio antes o al mismo tiempo que las autopistas de pago asociadas a ellos. Como quiera que el tramo afectado por el derrumbamiento ¬que se prolonga a lo largo de 12,4 kilómetros como medida de seguridad¬ no podía estar listo para este mes, los técnicos del Ministerio y de las constructoras han decidido abrir la «porción» de M-50 oeste no afectada por el suceso y esperar a que todo el arco gratuito esté en perfectas condiciones ¬lo que podría ocurrir a finales de febrero¬para permitir el tránsito de los vehículos en las carreteras de peaje.
Esta decisión, de la que se beneficiarán miles de conductores a diario, pone en marcha o refuerza dos segmentos muy importantes del nuevo cinturón. El primero dará continuidad al denominado Eje Culebro, una parte de la M-50 que ya funciona entre la A-4 (Andalucía) y la M-409, permitiendo a los conductores que la utilicen llegar hasta la A-5. Además, la propia M-409 verá reducida drásticamente el tráfico de vehículos pesados en su asfalto. Este tramo, de 7,7 kilómetros, discurre bajo la línea del ferrocarril a Extremadura y también permitirá enlazar con las carreteras M-506 y M-501.
«Saltando» el tramo que permanece en obras llegaríamos al segundo de los sectores que se inaugurarán hoy, 7,8 kilómetros entre Majadahonda y la A-6, que no será tan novedoso para los automovilistas habituales de la zona. Está actualmente en servicio, pero la concesionaria ha realizado importantes obras de ampliación y remodelación para adaptarlo a las condiciones generales del nuevo cinturón. Así, el trazado primitivo se amplía a tres carriles por calzada hasta el enlace con la carretera de Villanueva del Pardillo (M-509), y desde ahí utiliza dos carriles para conectar con la M-505, con los distintos accesos al parque empresarial de Las Rozas y con la A-6, aprovechando la actual estructura del Eje Pinar.