La decisión de construir un metropolitano en Moscú se tomó en 1931. Para llevar a la práctica este gigantesco plan fue creado un organismo muy poderoso para su época - la Sociedad constructora del metro (Metrostroi). Por primera vez en la historia mundial todas las construcciones de un ferrocarril subterráneo fueron diseñados como un conjunto arquitectónico único, una especie de museo llamado a demostrar la esencia creadora y vivificante del nuevo Estado.
Además de los mejores ingenieros, técnicos, científicos, fueron incorporados al trabajo los arquitectos y pintores más destacados del país. Los conjuntos artísticos del metro, solemnes y eufóricos, son adornados con estatuas y relieves, pinturas, mosaicos, vidrieras de colores. Para el revestimiento de las estaciones del metro han sido utilizados más de veinte tipos de mármol, labrador, pórfido, granito, rodonita, ónice y otros materiales valiosos.
La construcción de la primera etapa del metro comenzó en 1932 y se terminó para el año de 1935. La segunda y tercera etapas fueron completadas en 1938 y 1943. En los años de la Gran Guerra Patria de 1941-1945 el metro servía a los moscovitas como una protección segura contra bombardeos. Para el año de 1954 la extensión total de las líneas, que comprendían 40 estaciones, supero 60 km.
Luego, hasta los mediados de los años 70, nuevas líneas sólo se tendían a los nuevos distritos de Moscú. Ya las estaciones tenían el aspecto exterior mucho más modesto, no obstante los problemas de transporte de la creciente megapolis comenzaron a solucionarse con más rapidez. A partir de 1975 las nuevas construcciones del metro vuelven a ser obras del arte. En Moscú hay también estaciones "internacionales". Por ejemplo, la estación "Prázhskaya" ha sido adornada por los maestros checos, "Rímskaya" - por los maestros italianos, "Rizhskaya" - por los pintores de Letónia.