
Ático Cuisine & Lounge.
Maracay, Av. Las Delicias. C.C. Paseo Las Delicias 2,
Hotel Eurobuilding Express.
Consumo promedio por persona: Bs. 120
Maracay, Av. Las Delicias. C.C. Paseo Las Delicias 2,
Hotel Eurobuilding Express.
Consumo promedio por persona: Bs. 120
Ático Cuisine & lounge es el lugar de alto nivel donde se concentra la gente de moda, un lugar donde puedes compartir o disfrutar solo o en compañía. Allí se percibe la actividad de la vida moderna. puedes elegir entre ver y ser visto. Es un ambiente dirigido a personas de holgada posición, como ejecutivos artistas de moda, dueños de empresas, en resumen... un sitio de lujo , de confort...ìntimo, que tiene como valor agregado un excelente servicio.
No hay lugar en Maracay que llene las espectativas de un público exigente y exclusivo; donde todo se ha orientado y diseñado con un criterio minimalista, pleno de detalles, con un peculiar refinamiento del espacio.
Surge como un proyecto de ambientación étnica, acogedor, cálido vegetal, mediante la combinación de una iluminación difusa e indirecta, destacàndose los colores suaves y oníricos. Un mobiliario de primera y una buena acústica invitan al confort y al relax... para degustar una exquisita comida y unas selectas bebidas.
Somos un grupo de jóvenes empresarios apoyados y asesorados por personas de larga y reconocida experiencia en el medio de restaurantes, impulsados por la idea de crear en Maracay, un lugar especial con un concepto distinto, dirigido a satisfacer las exigencias de profesionales, ejecutivos y adultos contemporáneos, que buscan atención calidad y confort. Nos propusimos ser el lugar preferido, el de más alto estilo y clase. Convertirnos en la primera opción de todo el público que nos visite. Así nace:ATICO cuisine & lounge.
La concepción de ATICO cuisine & lounge. es el resultado del concepto bar-restaurant-lounge. La ubicación del loca,l nace luego del hallazgo de un exclusivo lugar de unos 215 m2 aproximadamente perteneciente al Hotel Eurobuilding Express de la ciudad de Maracay (Centro Comercial & Hotel Paseo las delicias piso 4), la peculiar característica de su ubicación da origen a su nombre “ Ático” (término arquitectónico empleado para señalar al último piso debajo del techo de una vivienda).
Así se crea este Lounge de características bien particulares, primero, se debe mencionar, que atiende dos servicios del Hotel: el de catering ( en los eventos que se realicen en los lujosos salones de este Hotel) y también el room service ( servicio de habitación) Se creó un área de restaurant de 36 comensales como capacidad máxima, además, el área de lounge más la barra, puede albergar hasta 100 personas.
La proporción de una jerarquía de espacios interiores yendo de menor a mayor intimidad fue también respetada, partiendo de un área tipo loft -llena de muebles con textura y mesas bajas- a una barra de cuyo techo guindan una telas suspendidas a modo de cielo raso fonoabsorbente a un área de restaurant con magnificas panorámicas de nuestra ciudad.
Debemos confesar, aquí, que este sitio ha sido un sueño hecho realidad después de varios años, en el que todo y cada uno de los detalles ha intentado ser cubierto,para que Ático Cuisine & Lounge se posesione como el lugar de recreación nocturna y culinaria de más alto nivel en nuestra ciudad jardín... por su envidiable ubicación, delicado diseño y excelente servicio.
El festín de Carlos Spitia
Este joven cocinero oficia en Ático -restaurante ubicado en Maracay- la grata mesa. Sus platos levantan el espíritu y alientan el buen comer
Por Adriana Gibbs.
Fotos: Natalia Brand
Haciendo uso de esa distinción que hay entre la cocina muda (la que existe en los platos y da deleite) y la cocina charlatana (la que sólo circula en las crónicas gastronómicas), podría decirse que la de Carlos Spitia tiene que ver con la primera. Calladamente, este joven chef persevera en lo que le gusta: cocinar. Lo hace en el interior del país -Maracay para ser precisos- y se disfruta en el restaurante Ático.
Su cocina tiene que ver con la tradición y con la creatividad. Ambas vertientes -sus orígenes y su temperamento inquieto y curioso- se juntan en su oficio, y es que los platos que salen de la cocina de Ático no pueden entenderse sin hablar de la familia y de los aromas de la niñez de Spitia, pues su vocación es un asunto de heredad.
"Mamá es muy buena cocinera; de hecho, trabajó en fogones en el hotel Pipo. A mí el aroma del cilantro y del ají dulce, ese olorcito a tierra, me marcó desde pequeño. Recuerdo que cuando ella regresaba a casa y se ofrecía para prepararme algo, yo le decía que no, que se quedara tranquila, y es que me gustaba meterme en la cocina, hacerlo para mí. Luego empecé a ayudarla: en diciembre hacíamos hallacas, panes de jamón y tortas de Navidad para vender. Desde entonces, estoy en esto".
No causó extrañeza cuando dijo que se dedicaría a la cocina. Su formación empezó en Los Teques (en el Centro Internacional de Artes Culinarias Latinoamericanas) y al egresar tuvo la posibilidad de continuar su formación en Madrid; durante año y medio estuvo en la escuela Albahaca, haciendo un máster de cocina mediterránea. "Se trabaja y se aprende muchísimo. Allí sembré en huerto, estudié, cociné, atendí… en fin, viajar es crecer y darse cuenta de lo que hay afuera".
De regreso compartió un tiempo con Néstor Acuña (actual chef del restaurante Oltre), y a comienzos del año pasado los dueños de Ático -Antonio De Palma y Carlos Martínez- lo convocaron a dirigir la cocina de este restaurante. Acaba de cumplir allí un año.
Como buen cocinero, Spitia realza los ingredientes, les extrae aromas y sabores, y reafirma consistencias. Un ejemplo de ello es su Pescado en caramelo picante, plato en el que seduce el perfecto contraste que logra con el caramelo, la parchita y el peperoncini. "Fue mi debut en el menú de Ático y no ha podido salir, pues los comensales lo piden con frecuencia". Me gusta sorprender de algún modo al paladar, pero con sentido común; yo suelo llevar muchos sabores y colores al plato; eso sí, en equilibrio".
En esta onda de sabores encontrados ofrece unos buñuelos de apio, rellenos con queso de cabra y bañados con una salsa de papelón; también un lomito en holandesa de aguacate y un lomo de cerdo horneado, que lleva una salsa de miel y romero. "Es un plato que rinde homenaje a mamá, pues en diciembre, en lugar del pernil, ella siempre ha preparado el lomo de cerdo y las salsas las hace con base de miel o papelón. Esto es lo que llamo 'cocina sincera'. No se puede ser mentiroso con lo que se hace, no se puede ni se debe engañar al comensal. Si yo digo que el plato tiene un determinado ingrediente, así debe ser", afirma.
Ahora, además de la cocina de Ático, está afanado en los toques finales del menú de un restaurante de los mismos socios de Ático que abrirá a finales de marzo. Y tiene un anhelo que espera cumplir este año: la experiencia de estar un tiempo en Francia, descubrir ingredientes y formas de preparación; empaparse, como curioso que es, de nuevos sabores.
Ático tiene una capacidad de 60 cubiertos. Si bien es el restaurante para los huéspedes del hotel, tiene las puertas abiertas para quienes vivan en Maracay (ofrece la ventaja de estar ubicado en el Centro Comercial Paseo las Delicias 2) y podría ser una buena opción durante el fin de semana, tomando en cuenta que esta ciudad está, aproximadamente, a hora y media de Caracas.
Sin mezquindad en el tamaño de las porciones, gustan también sus pastas (hechas en casa), amén del menú de degustación que cambian periódicamente y que permite probar un poquito de todo.

No hay lugar en Maracay que llene las espectativas de un público exigente y exclusivo; donde todo se ha orientado y diseñado con un criterio minimalista, pleno de detalles, con un peculiar refinamiento del espacio.
Surge como un proyecto de ambientación étnica, acogedor, cálido vegetal, mediante la combinación de una iluminación difusa e indirecta, destacàndose los colores suaves y oníricos. Un mobiliario de primera y una buena acústica invitan al confort y al relax... para degustar una exquisita comida y unas selectas bebidas.

Somos un grupo de jóvenes empresarios apoyados y asesorados por personas de larga y reconocida experiencia en el medio de restaurantes, impulsados por la idea de crear en Maracay, un lugar especial con un concepto distinto, dirigido a satisfacer las exigencias de profesionales, ejecutivos y adultos contemporáneos, que buscan atención calidad y confort. Nos propusimos ser el lugar preferido, el de más alto estilo y clase. Convertirnos en la primera opción de todo el público que nos visite. Así nace:ATICO cuisine & lounge.

La concepción de ATICO cuisine & lounge. es el resultado del concepto bar-restaurant-lounge. La ubicación del loca,l nace luego del hallazgo de un exclusivo lugar de unos 215 m2 aproximadamente perteneciente al Hotel Eurobuilding Express de la ciudad de Maracay (Centro Comercial & Hotel Paseo las delicias piso 4), la peculiar característica de su ubicación da origen a su nombre “ Ático” (término arquitectónico empleado para señalar al último piso debajo del techo de una vivienda).

Así se crea este Lounge de características bien particulares, primero, se debe mencionar, que atiende dos servicios del Hotel: el de catering ( en los eventos que se realicen en los lujosos salones de este Hotel) y también el room service ( servicio de habitación) Se creó un área de restaurant de 36 comensales como capacidad máxima, además, el área de lounge más la barra, puede albergar hasta 100 personas.
La proporción de una jerarquía de espacios interiores yendo de menor a mayor intimidad fue también respetada, partiendo de un área tipo loft -llena de muebles con textura y mesas bajas- a una barra de cuyo techo guindan una telas suspendidas a modo de cielo raso fonoabsorbente a un área de restaurant con magnificas panorámicas de nuestra ciudad.

Debemos confesar, aquí, que este sitio ha sido un sueño hecho realidad después de varios años, en el que todo y cada uno de los detalles ha intentado ser cubierto,para que Ático Cuisine & Lounge se posesione como el lugar de recreación nocturna y culinaria de más alto nivel en nuestra ciudad jardín... por su envidiable ubicación, delicado diseño y excelente servicio.
El festín de Carlos Spitia

Este joven cocinero oficia en Ático -restaurante ubicado en Maracay- la grata mesa. Sus platos levantan el espíritu y alientan el buen comer
Por Adriana Gibbs.
Fotos: Natalia Brand
Haciendo uso de esa distinción que hay entre la cocina muda (la que existe en los platos y da deleite) y la cocina charlatana (la que sólo circula en las crónicas gastronómicas), podría decirse que la de Carlos Spitia tiene que ver con la primera. Calladamente, este joven chef persevera en lo que le gusta: cocinar. Lo hace en el interior del país -Maracay para ser precisos- y se disfruta en el restaurante Ático.
Su cocina tiene que ver con la tradición y con la creatividad. Ambas vertientes -sus orígenes y su temperamento inquieto y curioso- se juntan en su oficio, y es que los platos que salen de la cocina de Ático no pueden entenderse sin hablar de la familia y de los aromas de la niñez de Spitia, pues su vocación es un asunto de heredad.

"Mamá es muy buena cocinera; de hecho, trabajó en fogones en el hotel Pipo. A mí el aroma del cilantro y del ají dulce, ese olorcito a tierra, me marcó desde pequeño. Recuerdo que cuando ella regresaba a casa y se ofrecía para prepararme algo, yo le decía que no, que se quedara tranquila, y es que me gustaba meterme en la cocina, hacerlo para mí. Luego empecé a ayudarla: en diciembre hacíamos hallacas, panes de jamón y tortas de Navidad para vender. Desde entonces, estoy en esto".
No causó extrañeza cuando dijo que se dedicaría a la cocina. Su formación empezó en Los Teques (en el Centro Internacional de Artes Culinarias Latinoamericanas) y al egresar tuvo la posibilidad de continuar su formación en Madrid; durante año y medio estuvo en la escuela Albahaca, haciendo un máster de cocina mediterránea. "Se trabaja y se aprende muchísimo. Allí sembré en huerto, estudié, cociné, atendí… en fin, viajar es crecer y darse cuenta de lo que hay afuera".

De regreso compartió un tiempo con Néstor Acuña (actual chef del restaurante Oltre), y a comienzos del año pasado los dueños de Ático -Antonio De Palma y Carlos Martínez- lo convocaron a dirigir la cocina de este restaurante. Acaba de cumplir allí un año.
Como buen cocinero, Spitia realza los ingredientes, les extrae aromas y sabores, y reafirma consistencias. Un ejemplo de ello es su Pescado en caramelo picante, plato en el que seduce el perfecto contraste que logra con el caramelo, la parchita y el peperoncini. "Fue mi debut en el menú de Ático y no ha podido salir, pues los comensales lo piden con frecuencia". Me gusta sorprender de algún modo al paladar, pero con sentido común; yo suelo llevar muchos sabores y colores al plato; eso sí, en equilibrio".

En esta onda de sabores encontrados ofrece unos buñuelos de apio, rellenos con queso de cabra y bañados con una salsa de papelón; también un lomito en holandesa de aguacate y un lomo de cerdo horneado, que lleva una salsa de miel y romero. "Es un plato que rinde homenaje a mamá, pues en diciembre, en lugar del pernil, ella siempre ha preparado el lomo de cerdo y las salsas las hace con base de miel o papelón. Esto es lo que llamo 'cocina sincera'. No se puede ser mentiroso con lo que se hace, no se puede ni se debe engañar al comensal. Si yo digo que el plato tiene un determinado ingrediente, así debe ser", afirma.
Ahora, además de la cocina de Ático, está afanado en los toques finales del menú de un restaurante de los mismos socios de Ático que abrirá a finales de marzo. Y tiene un anhelo que espera cumplir este año: la experiencia de estar un tiempo en Francia, descubrir ingredientes y formas de preparación; empaparse, como curioso que es, de nuevos sabores.

Ático tiene una capacidad de 60 cubiertos. Si bien es el restaurante para los huéspedes del hotel, tiene las puertas abiertas para quienes vivan en Maracay (ofrece la ventaja de estar ubicado en el Centro Comercial Paseo las Delicias 2) y podría ser una buena opción durante el fin de semana, tomando en cuenta que esta ciudad está, aproximadamente, a hora y media de Caracas.

Sin mezquindad en el tamaño de las porciones, gustan también sus pastas (hechas en casa), amén del menú de degustación que cambian periódicamente y que permite probar un poquito de todo.