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Monumentos deteriorados podrían ser potenciales focos de inversión
Concejo pidió al INC que retire título de monumento a 17 casonas colapsadas. Sin embargo, creen que es necesario mejorar, primero, la seguridad y el ornato
Dieciséis generaciones después, la enorme casa que construyó el socio de Francisco Pizarro, Jerónimo de Aliaga, continúa auscultando el poder. A un costado del Palacio de Gobierno, en el Jirón de la Unión, sus inquilinos, descendientes de uno de los fundadores de Lima, han observado durante casi cinco siglos el paso de 40 virreyes, el ingreso, salida o destitución de 57 mandatarios y, claro, la inevitable metamorfosis del Centro Histórico más importante del continente. Hoy, en esa mansión colonial, Gonzalo de Aliaga y su familia conviven con el olor a pollo a la brasa de los restaurantes vecinos, el bullicio de la gente y la polución que viene desde el jirón Trujillo.
Don Gonzalo es uno de los 199.800 vecinos que se ha quedado a vivir en el centro, resistiéndose al éxodo de limeños que comenzó con el terremoto de 1940, al constante deterioro que la ciudad experimentó en los años 80, a dos coches-bomba, un incendio y a la galopante inseguridad. "Seguiremos apostando por la recuperación de la ciudad", dice. Y mientras los vecinos huyen del centro, la recuperación parece un largo y difícil camino que empezó en los 90 y que, según los expertos, hace falta reforzar más. Al escaso número de residentes se suma el último hallazgo del Programa Municipal de Recuperación del Centro Histórico de Lima (Pro Lima): existen 56 predios abandonados y un número incalculables de inmuebles habitados parcialmente. Esas cifras, sostiene el arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos, evidencian que la gente ya no quiere alquilar oficinas ni locales comerciales en el centro, porque sale muy caro hacerlo. "La inseguridad es un precio muy alto. Por eso los inmuebles están abandonados o deshabitados", dice. Las consecuencias del despoblamiento han sido alarmantes: los predios se han devaluado progresivamente. En zonas como Barrio Altos se puede encontrar terrenos desde 20 o 30 dólares el metro cuadrado. "Lo que pasa es que la gestión del alcalde limeño es muy amplia y descuida el centro", opina don Gonzalo, que durante años ha invertido, junto con su familia, en el matenimiento de su casa, declarada monumento de la nación. Incluso, el Concejo de Lima insiste en cobrarle el impuesto predial a pesar de estar exonerado. En ese contexto se dio a conocer el anuncio municipal sobre un posible incremento en el valor de los predios, gracias a las obras en la avenida Grau y otras que se tienen proyectadas. "Es hora de comprar", consideran algunos inversionistas.
Hildebrando Castro Pozo, especialista en temas urbanos, sostiene que si bien estas obras son importantes, se está dejando de lado un elemento primordial en todo Centro Histórico: su gente. "La recuperación de la ciudad tiene que ir de la mano con la promoción de su gente. La inversión podrá llegar, pero los vecinos se seguirán yendo mientras los arbitrios sigan siendo costosos y la inseguridad sea mayor", sostiene. Sin embargo, Flor de María Valladolid, responsable de Pro Lima, opina lo contrario. Una mejor infraestructura convertirá a Lima en un centro donde se pueda vivir con tranquilidad. "Estamos planteando un cambio de zonificación que proponga un comercio central, viviendas multifamiliares y la posibilidad de que los monumentos tengan facilidades en su uso. El despoblamiento del centro no es más que un cambio de usuarios", sostuvo.
Más inversión
Pro Lima ha ubicado 161 predios en el Centro Histórico que podrían ser recuperados por el sector privado. Son terrenos baldíos, inmuebles precarios que requieren ser demolidos y playas de estacionamiento. "En todos estos terrenos se puede trabajar proyectos inmobiliarios, restaurantes, cafeterías o librerías", dice Valladolid. Como parte de esa propuesta, han solicitado al Instituto Nacional de Cultura que retire el título de monumento a 17 inmuebles que no tienen casi nada en pie o cuyo diseño arquitectónico ha sido modificado. Si se les retira ese título, se podrían convertir en focos de inversión. Otra de las propuestas municipales consiste en convertir los jirones Ica y Huancavelica, comprendidos entre la avenida Abancay y Tacna, en alamedas peatonales. Estos proyectos son importantes; no obstante, vecinos como Gonzalo de Aliaga creen que la municipalidad no debe olvidar detalles necesarios para la convivencia: la fiscalización rigurosa del comercio y la seguridad.
Quieren rescatar riberas del río Rímac
En los nuevos planes municipales se ha previsto la recuperación del Centro Histórico de Lima e integrarlo al área monumental del Rímac.
Esta integración se dará con el tratamiento de las riberas del río. Sin embargo, la Municipalidad de Lima no tiene plazos definidos para esos proyectos, pues, por el momento, esa zona está completamente ocupada.
Cuando el proyecto se ejecute, se reubicará a las personas que viven, así como a las que ejercen el comercio informal. Con la recuperación de las riberas, se incrementará el valor de las viviendas de las zonas aledañas a los Barrios Altos y al Rímac.
La comuna considera que estos proyectos son imprescindibles para lograr el desarrollo metropolitano.
Con Fondo de Renovación Urbana solo se logró captar 500 mil dólares
La ordenanza 222 faculta a la Municipalidad de Lima a cobrar el 3% del proyecto de cada habilitación urbana de carácter industrial, comercial o metropolitano que autoriza. Ese monto deberá ser destinado exclusivamente al Fondo Municipal de Renovación Urbana (Fomur) para la realización de obras de recuperación en el Centro Histórico. Sin embargo, hasta el momento es poco lo que se ha podido recaudar. El problema, según Flor de María Valladolid, representante de Pro Lima, es que la norma se emitió el 2002, pero no fue incorporada al presupuesto municipal, sino hasta agosto del 2003. "Es un monto obligatorio, pero la gente no lo paga. Lo que se ha tenido que hacer es ir de puerta en puerta y decirle a la empresa que tiene la obligación de pagar para ese fondo", sostiene. ¿Cuánto se ha cobrado? Valladolid indica que ha sido difícil identificar esos inmuebles, porque la información sobre las habilitaciones urbanas no está sistematizada, pues la norma no incluye a quienes hayan iniciado sus procesos antes del 2002. Lo recaudado hasta el momento es mínimo, apenas 500 mil dólares, dinero que ha sido invertido íntegramente. Otro factor es que programas como los de Mivivienda, que son la mayoría, están exonerados de esos pagos. Ni el Gobierno ni el INC aportan montos para esas obras

Concejo pidió al INC que retire título de monumento a 17 casonas colapsadas. Sin embargo, creen que es necesario mejorar, primero, la seguridad y el ornato
Dieciséis generaciones después, la enorme casa que construyó el socio de Francisco Pizarro, Jerónimo de Aliaga, continúa auscultando el poder. A un costado del Palacio de Gobierno, en el Jirón de la Unión, sus inquilinos, descendientes de uno de los fundadores de Lima, han observado durante casi cinco siglos el paso de 40 virreyes, el ingreso, salida o destitución de 57 mandatarios y, claro, la inevitable metamorfosis del Centro Histórico más importante del continente. Hoy, en esa mansión colonial, Gonzalo de Aliaga y su familia conviven con el olor a pollo a la brasa de los restaurantes vecinos, el bullicio de la gente y la polución que viene desde el jirón Trujillo.
Don Gonzalo es uno de los 199.800 vecinos que se ha quedado a vivir en el centro, resistiéndose al éxodo de limeños que comenzó con el terremoto de 1940, al constante deterioro que la ciudad experimentó en los años 80, a dos coches-bomba, un incendio y a la galopante inseguridad. "Seguiremos apostando por la recuperación de la ciudad", dice. Y mientras los vecinos huyen del centro, la recuperación parece un largo y difícil camino que empezó en los 90 y que, según los expertos, hace falta reforzar más. Al escaso número de residentes se suma el último hallazgo del Programa Municipal de Recuperación del Centro Histórico de Lima (Pro Lima): existen 56 predios abandonados y un número incalculables de inmuebles habitados parcialmente. Esas cifras, sostiene el arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos, evidencian que la gente ya no quiere alquilar oficinas ni locales comerciales en el centro, porque sale muy caro hacerlo. "La inseguridad es un precio muy alto. Por eso los inmuebles están abandonados o deshabitados", dice. Las consecuencias del despoblamiento han sido alarmantes: los predios se han devaluado progresivamente. En zonas como Barrio Altos se puede encontrar terrenos desde 20 o 30 dólares el metro cuadrado. "Lo que pasa es que la gestión del alcalde limeño es muy amplia y descuida el centro", opina don Gonzalo, que durante años ha invertido, junto con su familia, en el matenimiento de su casa, declarada monumento de la nación. Incluso, el Concejo de Lima insiste en cobrarle el impuesto predial a pesar de estar exonerado. En ese contexto se dio a conocer el anuncio municipal sobre un posible incremento en el valor de los predios, gracias a las obras en la avenida Grau y otras que se tienen proyectadas. "Es hora de comprar", consideran algunos inversionistas.

Hildebrando Castro Pozo, especialista en temas urbanos, sostiene que si bien estas obras son importantes, se está dejando de lado un elemento primordial en todo Centro Histórico: su gente. "La recuperación de la ciudad tiene que ir de la mano con la promoción de su gente. La inversión podrá llegar, pero los vecinos se seguirán yendo mientras los arbitrios sigan siendo costosos y la inseguridad sea mayor", sostiene. Sin embargo, Flor de María Valladolid, responsable de Pro Lima, opina lo contrario. Una mejor infraestructura convertirá a Lima en un centro donde se pueda vivir con tranquilidad. "Estamos planteando un cambio de zonificación que proponga un comercio central, viviendas multifamiliares y la posibilidad de que los monumentos tengan facilidades en su uso. El despoblamiento del centro no es más que un cambio de usuarios", sostuvo.
Más inversión
Pro Lima ha ubicado 161 predios en el Centro Histórico que podrían ser recuperados por el sector privado. Son terrenos baldíos, inmuebles precarios que requieren ser demolidos y playas de estacionamiento. "En todos estos terrenos se puede trabajar proyectos inmobiliarios, restaurantes, cafeterías o librerías", dice Valladolid. Como parte de esa propuesta, han solicitado al Instituto Nacional de Cultura que retire el título de monumento a 17 inmuebles que no tienen casi nada en pie o cuyo diseño arquitectónico ha sido modificado. Si se les retira ese título, se podrían convertir en focos de inversión. Otra de las propuestas municipales consiste en convertir los jirones Ica y Huancavelica, comprendidos entre la avenida Abancay y Tacna, en alamedas peatonales. Estos proyectos son importantes; no obstante, vecinos como Gonzalo de Aliaga creen que la municipalidad no debe olvidar detalles necesarios para la convivencia: la fiscalización rigurosa del comercio y la seguridad.
Quieren rescatar riberas del río Rímac
En los nuevos planes municipales se ha previsto la recuperación del Centro Histórico de Lima e integrarlo al área monumental del Rímac.
Esta integración se dará con el tratamiento de las riberas del río. Sin embargo, la Municipalidad de Lima no tiene plazos definidos para esos proyectos, pues, por el momento, esa zona está completamente ocupada.
Cuando el proyecto se ejecute, se reubicará a las personas que viven, así como a las que ejercen el comercio informal. Con la recuperación de las riberas, se incrementará el valor de las viviendas de las zonas aledañas a los Barrios Altos y al Rímac.
La comuna considera que estos proyectos son imprescindibles para lograr el desarrollo metropolitano.
Con Fondo de Renovación Urbana solo se logró captar 500 mil dólares
La ordenanza 222 faculta a la Municipalidad de Lima a cobrar el 3% del proyecto de cada habilitación urbana de carácter industrial, comercial o metropolitano que autoriza. Ese monto deberá ser destinado exclusivamente al Fondo Municipal de Renovación Urbana (Fomur) para la realización de obras de recuperación en el Centro Histórico. Sin embargo, hasta el momento es poco lo que se ha podido recaudar. El problema, según Flor de María Valladolid, representante de Pro Lima, es que la norma se emitió el 2002, pero no fue incorporada al presupuesto municipal, sino hasta agosto del 2003. "Es un monto obligatorio, pero la gente no lo paga. Lo que se ha tenido que hacer es ir de puerta en puerta y decirle a la empresa que tiene la obligación de pagar para ese fondo", sostiene. ¿Cuánto se ha cobrado? Valladolid indica que ha sido difícil identificar esos inmuebles, porque la información sobre las habilitaciones urbanas no está sistematizada, pues la norma no incluye a quienes hayan iniciado sus procesos antes del 2002. Lo recaudado hasta el momento es mínimo, apenas 500 mil dólares, dinero que ha sido invertido íntegramente. Otro factor es que programas como los de Mivivienda, que son la mayoría, están exonerados de esos pagos. Ni el Gobierno ni el INC aportan montos para esas obras