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cuando lo lei quede con la jeta abierta
....Opiniones
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Un caleño quiere poner 'a volar' a los colombianos con el aeroferro, un tren "patas arriba"
Álvaro Sanabria se ingenió un tren eléctrico suspendido de un monorriel que podría ser un nuevo sistema de transporte masivo, limpio y económico.
La propuesta de este arquitecto que se le midió a la ingeniería podría implementarse en las ciudades colombianas. El aeroferro es de larga duración, más económico que un tren subterráneo y los niveles de contaminación son menores. Solo falta que empresarios y gobierno crean en el proyecto.
Dicen que la crisis alborota la creatividad. Bueno, no es regla, pero de esto podrían dar testimonio periodistas, publicistas y amas de casa.
Sea cual sea el caso, a Álvaro Sanabria le funcionó y sin pretensiones de ser un nuevo Leonardo Da Vinci, sacó provecho de su observación de un hecho cotidiano: montar en bus urbano.
En 1993 Sanabria fue víctima de un secuestro que terminó bien, lo dejaron contar el cuento, pero quedó en la ruina. Mientras volvía y arrancaba en su trabajo, comenzó a utilizar el transporte público.
“Uno comienza a detectar fallas y se me ocurrió que los buses deberían ser más humanos y eficientes”, cuenta.
Pero tal misión no es tan fácil ya que existen sistemas de transporte masivo que podrían ser la solución, pero su implementación en el país es complicada.
Por eso, Álvaro pensó en adaptar otros sistemas a nuestras capacidades.
Así nació el aeroferro, un tren eléctrico suspendido de un monorriel que puede construirse a lo largo de avenidas o carreteras cuando el espacio o el terreno no lo permiten. Inclusive también puede ser utilizado para el transporte de carga.
Idea alemana, adaptación criolla
Sanabria sabe que no es el descubridor de un sistema que se usa desde hace más de cien años en Wuppertal, Alemania. Sin embargo, sus investigaciones le han permitido encontrar otras ventajas, sobre todo ambientales y de uso del espacio.
Su aerobús, que es como un tren patas arriba, no causa un impacto en el espacio. Por ejemplo, la compra de propiedades es menor y no genera desplazamiento de sectores, que pueden dejar sin empleo a muchas personas.
El ruido es poco, pues solo produce un zumbido, y la estructura, en acero, puede durar entre 80 y 100 años sin que el metal ceda.
En cuando a la contaminación, las ruedas de acero no producen el hollín que sale del desgaste de las llantas de caucho de un bus en el pavimento, algo que se manifiesta en la salud pues “quien respire mejor es más productivo”, explica Sanabria. Y, según el Protocolo de Kyoto, el Banco Mundial les subsidia a los países suscritos el oxígeno que no se malgasta.
Para este arquitecto caleño, el sistema podría acomodarse a muchas ciudades colombianas, sobre todo a las menos grandes, aunque en Bogotá funcionaría sin problema y aumentaría “el goce de ciudad”.
También se refiere a Cartagena, que pretende implementar un sistema similar al Transmilenio que pasaría junto a las murallas, pero “la remoción de tierra para la construcción de la vía y luego el peso de los buses las afectarían y podrían causarles daños irreversibles”.
En el caso del aeroferro, las bases se construirían en el lado opuesto de las murallas y la vibración la asume la misma estructura del monorriel.
Y Álvaro Sanabria mientras mantiene el sueño de ver andando su creación, solo espera superar burocracia y falta de credibilidad en la iniciativa colombiana para recibir el empujón definitivo en recursos y apoyo del Estado.
Tampoco quiere volver a escuchar la frase “si ya lo hacen en otro país, ¿Por qué no se lo compramos a ellos?”. A lo que el inventor responde: “la única diferencia entre los colombianos y los japoneses es nuestra capacidad de decisión”.
C sabe que...
La ciudad de Wuppertal, en Alemania, con 375.000 habitantes, fue la primera en el mundo con el sistema aéreo de monorriel. Luego se diseñaron algunos similares en Francia, Japón, Suiza y Estados Unidos.
Su construcción comenzó en 1898 y la primera línea se inauguró en marzo de 1901.
El Schwebebahn (nombre del sistema) opera con dos vagones de 24 metros de largo y cuatro puertas. El tren está suspendido de un riel sostenido por 472 arcos en hierro.
Lleva 48 pasajeros sentados y 130 de pie. Funciona desde las 5:20 a.m. hasta las 11 p.m., pasa cada cinco minutos y moviliza 70 mil pasajeros al día.
Por casi cien años fue uno de los sistemas de transporte más seguros, pero un accidente en 1999 le quitó el récord, con un saldo de tres muertos y 40 heridos. Este ha sido el único incidente grave en un siglo.
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http://eltiempo.terra.com.co/REVISTAS/carr/2006-03-10/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2777676.html
cabe anotar que hasta ahora es un proyecto, pero si lo lo impulsan me voy de :cheers: :cheers: :banana: :banana: :banana: :upload_71700:

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Un caleño quiere poner 'a volar' a los colombianos con el aeroferro, un tren "patas arriba"
Álvaro Sanabria se ingenió un tren eléctrico suspendido de un monorriel que podría ser un nuevo sistema de transporte masivo, limpio y económico.
La propuesta de este arquitecto que se le midió a la ingeniería podría implementarse en las ciudades colombianas. El aeroferro es de larga duración, más económico que un tren subterráneo y los niveles de contaminación son menores. Solo falta que empresarios y gobierno crean en el proyecto.
Dicen que la crisis alborota la creatividad. Bueno, no es regla, pero de esto podrían dar testimonio periodistas, publicistas y amas de casa.
Sea cual sea el caso, a Álvaro Sanabria le funcionó y sin pretensiones de ser un nuevo Leonardo Da Vinci, sacó provecho de su observación de un hecho cotidiano: montar en bus urbano.
En 1993 Sanabria fue víctima de un secuestro que terminó bien, lo dejaron contar el cuento, pero quedó en la ruina. Mientras volvía y arrancaba en su trabajo, comenzó a utilizar el transporte público.
“Uno comienza a detectar fallas y se me ocurrió que los buses deberían ser más humanos y eficientes”, cuenta.
Pero tal misión no es tan fácil ya que existen sistemas de transporte masivo que podrían ser la solución, pero su implementación en el país es complicada.
Por eso, Álvaro pensó en adaptar otros sistemas a nuestras capacidades.
Así nació el aeroferro, un tren eléctrico suspendido de un monorriel que puede construirse a lo largo de avenidas o carreteras cuando el espacio o el terreno no lo permiten. Inclusive también puede ser utilizado para el transporte de carga.
Idea alemana, adaptación criolla
Sanabria sabe que no es el descubridor de un sistema que se usa desde hace más de cien años en Wuppertal, Alemania. Sin embargo, sus investigaciones le han permitido encontrar otras ventajas, sobre todo ambientales y de uso del espacio.
Su aerobús, que es como un tren patas arriba, no causa un impacto en el espacio. Por ejemplo, la compra de propiedades es menor y no genera desplazamiento de sectores, que pueden dejar sin empleo a muchas personas.
El ruido es poco, pues solo produce un zumbido, y la estructura, en acero, puede durar entre 80 y 100 años sin que el metal ceda.
En cuando a la contaminación, las ruedas de acero no producen el hollín que sale del desgaste de las llantas de caucho de un bus en el pavimento, algo que se manifiesta en la salud pues “quien respire mejor es más productivo”, explica Sanabria. Y, según el Protocolo de Kyoto, el Banco Mundial les subsidia a los países suscritos el oxígeno que no se malgasta.
Para este arquitecto caleño, el sistema podría acomodarse a muchas ciudades colombianas, sobre todo a las menos grandes, aunque en Bogotá funcionaría sin problema y aumentaría “el goce de ciudad”.
También se refiere a Cartagena, que pretende implementar un sistema similar al Transmilenio que pasaría junto a las murallas, pero “la remoción de tierra para la construcción de la vía y luego el peso de los buses las afectarían y podrían causarles daños irreversibles”.
En el caso del aeroferro, las bases se construirían en el lado opuesto de las murallas y la vibración la asume la misma estructura del monorriel.
Y Álvaro Sanabria mientras mantiene el sueño de ver andando su creación, solo espera superar burocracia y falta de credibilidad en la iniciativa colombiana para recibir el empujón definitivo en recursos y apoyo del Estado.
Tampoco quiere volver a escuchar la frase “si ya lo hacen en otro país, ¿Por qué no se lo compramos a ellos?”. A lo que el inventor responde: “la única diferencia entre los colombianos y los japoneses es nuestra capacidad de decisión”.
C sabe que...
La ciudad de Wuppertal, en Alemania, con 375.000 habitantes, fue la primera en el mundo con el sistema aéreo de monorriel. Luego se diseñaron algunos similares en Francia, Japón, Suiza y Estados Unidos.
Su construcción comenzó en 1898 y la primera línea se inauguró en marzo de 1901.
El Schwebebahn (nombre del sistema) opera con dos vagones de 24 metros de largo y cuatro puertas. El tren está suspendido de un riel sostenido por 472 arcos en hierro.
Lleva 48 pasajeros sentados y 130 de pie. Funciona desde las 5:20 a.m. hasta las 11 p.m., pasa cada cinco minutos y moviliza 70 mil pasajeros al día.
Por casi cien años fue uno de los sistemas de transporte más seguros, pero un accidente en 1999 le quitó el récord, con un saldo de tres muertos y 40 heridos. Este ha sido el único incidente grave en un siglo.
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http://eltiempo.terra.com.co/REVISTAS/carr/2006-03-10/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2777676.html
cabe anotar que hasta ahora es un proyecto, pero si lo lo impulsan me voy de :cheers: :cheers: :banana: :banana: :banana: :upload_71700: