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Iglesia de San Sebastián
Nadie que se interese por la historia del arte debe dejar de visitar esta magnífica iglesia del siglo XVII, adornada con cuadros del célebre pintor indígena Diego Quispe Tito. Se encuentra a sólo quince minutos de la ciudad. El distrito de San Sebastián se caracteriza por haber preservado un cierto aire tradicional, donde sobresalen sus callecitas angostas y empedradas, adornadas con diminutos balcones de un intenso azul.
La plaza
La iglesia domina la plaza de San Sebastián, a pesar de que sus dimensiones son pequeñas. Enmarcan el lugar la municipalidad y alguno que otro restaurante. En una esquina llama la atención un monumento dedicado a Quispe Tito.
La Iglesia
Fue fundada por orden del virrey Andrés Hurtado de Mendoza hacia 1560, en un lugar históricamente muy significativo, pues el 26 de abril de 1538 se llevó a cabo aquí la batalla de las Salinas, en la que se enfrentaron los ejércitos de Diego de Almagro contra los de Hernando y Gonzalo Pizarro, y que terminó con la vida del primero.
En honor de los caídos, y con el fin de enterrarlos dignamente, se mandó edificar una iglesia en el lugar que se llamó San Lázaro. Era muy simple, de adobes y sin mayores adornos, pero en el siglo XVII el obispo Mollinedo decidió levantar aquí un auténtico templo y asumió parte de los costos para convertir a la pequeña iglesia en este gran monumento artístico. Su monograma se encuentra grabado en la portada y en el frontal de plata del altar mayor.
La Fachada es de una excelente factura. Según se afirma, ésta se inspiró en la fachada de la Catedral pues sus dos torres tuvieron el mismo origen, aunque difieren en el uso de medias columnas corintias. Mientras la torre derecha data de 1664, la de la izquierda fue construida recién en 1799 y es una réplica de la primera, como ocurrió con muchas otras iglesias. La primera lleva las inscripciones del obispo, los sacerdotes y los nobles indígenas y el nombre del arquitecto, Manuel de Sahuarahua. El portal es de la segunda mitad del siglo XVII y muestra también una clara influencia de la catedral.
San Sebastián es una de las pocas iglesias indígenas con tres naves. Primero, sólo tuvo una, pero luego se le añadieron dos naves a cada lado. Según Wethey, la cantidad de rasgos comunes entre San Sebastián y la Catedral, sugieren que ambas iglesias pudieron haber sido construidas por los mismos arquitectos.
Para tener una buena idea de la estructura, resulta muy interesante observar la iglesia desde uno de sus costados. Sugerimos hacerlo desde su flanco derecho, donde se halla una bella cruz de piedra.
Diego Quispe Tito
Este pintor indígena, de origen noble, que se encuentra entre los grandes artistas nacionales, vivió y trabajó en San Sebastián. Aquí se encuentra la mayor cantidad de sus cuadros y, por cierto, los más importantes: las series de San Juan Bautista, San Lázaro y del patrono San Sebastián.
Según los esposos Mesa, estudiosos de la pintura cusqueña, Quispe Tito fue un pintor de pueblo, cuyas excepcionales habilidades llegaron a transformar la pintura cusqueña. Con él y sus paisajes con flores, ríos y cerros se impuso la influencia flamenca. Su primera serie de cuadros, y la más importante, es la de San Juan Bautista, que está firmada. Luego están los lienzos sobre el martirio de San Sebastián, también firmados, los lienzos sobre la pasión de Cristo, los Doctores de la iglesia, la Infancia de Cristo y una magnífica serie de paisajes.
Fuente:
http://www.cusco-peru.org/cusco-peru/cusco-cultural-iglesias-cusco-parroquia-indios.shtml