Lleida será, por muchos años más, la única capital de provincia catalana sin ningún centro comercial de grandes dimensiones. Rafael Peris, concejal de Promoción Económica, Comercio, Mercados y Consumo de Lleida asegura que en la capital del Segrià no se ha desarrollado ningún macroproyecto simplemente "por falta de inversores". La apuesta del consistorio sigue siendo la de apoyar a las pequeñas y medianas superficies que ya están implantadas en el municipio.
La radiografía del comercio leridano, sin perspectivas de sumar a largo plazo una gran superficie, dibuja una alta diseminación de pequeñas y medianas empresas inmersas en una lucha crónica de unas contra otras. Lleida presume de contar con el Eix Comercial al aire libre más largo de Europa, y el mismo barrio en el que se sitúa este eje alberga también un foco de comercios africanos en la parte alta del centro histórico y otro en la parte baja con variados locales árabes, situados alrededor de la antigua mezquita, ahora clausurada. Sin embargo, los alquileres de los locales del Eix alcanzan cifras astronómicas, muy distantes de los precios de los alquileres en las calles adyacentes, donde la mayoría de nuevos negocios suele fracasar.
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VallRufea, el último intento fracasado
Con estas declaraciones, Peris deja claro que grandes superficies como tenía que ser VallRufea ya no se realizarán. Consiguió en enero de 2012 la licencia comercial de la Generalitat y preveía construir un edificio de 21.000 metros cuadrados en unos terrenos situados en la Partida de Rufea, a la salida de Lleida en dirección a Zaragoza. Otro centro comercial que también fracasó fue el que tenía que ubicarse en un solar, en este caso de tan sólo 9.000 metros cuadrados, al lado de la estación de Renfe Lleida-Pirineus.
Peris asegura que la fórmulas comerciales como la del Mercat del Pla "además de innovadoras se alejan del modelo de la gran superficie para acercarse y potenciar el pequeño y medio comercio". "El modelo de las grandes superficies se está agotando porque la crisis está afectando a los centros comerciales de las grandes ciudades, en cambio, a los centros medianos y especializados, los consumidores siguen acudiendo", apunta.
Peris avanza que "la prioridad de la concejalía es trabajar por la interconexión entre todas las asociaciones de comerciantes para conseguir aunar esfuerzos y dar valor a los distintos ejes de comerciales de la ciudad".
La crisis se ha llevado por delante decenas de pequeños negocios leridanos. Cualquier iniciativa, por innovadora que sea, causa auténtico pavor a los empresarios de toda la vida. Lleida, una ciudad en la que los inviernos son fríos y los veranos sofocantes, seguirá siendo la única capital sin un gran centro comercial cubierto donde consumir y en la que, para ir de compras, hay que recorrer kilómetros de calle.