Como ya habeis dicho, preciosa ciudad y precioso entorno.
Lo único que conozco de Seattle es el aeropuerto (y ni siquiera eso, porque me quedé en el avión), y es de esos sitios que tengo en mi lista para volver a visitar (esta vez espero salir del avión). Las vistas desde el aire increibles, cuando pasas el Mt Rainier y comienzas a ver los primeros barrios de la ciudad entre bosques, mar e islas. La bahía es un auténtico laberinto, no me quiero ni imaginar lo jodido que debe ser encontrar la salida al oceano.