Ahora que salieron los nuevos pedidos de las audiencias, saco del archivo un artículo (disculpas si ya fue compartido recientemente) sobre la infraestructura aeroportuaria colapsada en 1998, de Clarín, sobre cómo se había duplicado el tráfico aéreo, las tarifas habían bajado 30% y el cuello de botella eran los aeropuertos.
Perdón por la longitud del texto, pero tiene riqueza de detalles...
"...que veinte años no es nada..."
EL AUGE DEL TRANSPORTE AEREO DE CABOTAJE
Su atención, por favor: estamos compitiendo
El tráfico se duplicó y las tarifas bajaron el 30%. Y surgieron nuevas aerolíneas. Pero ahora el cuello de botella son los aeropuertos.
ANDRES BORENSTEIN
En el mercado aerocomercial de cabotajes, las aerolíneas se están sacando chispas. Tras años de intenso crecimiento, en 1998 las estadísticas marcan un aumento del tráfico moderado de sólo 3,5% pero las aerolíneas no se rinden. Casi todas las compañías aéreas están con planes de renovación de flotas, la guerra de tarifas sigue al rojo vivo y las que tienen una posición de mercado ganada la defienden con uñas y dientes. En cinco años las tarifas bajaron casi un 30% y la cantidad de pasajeros se duplicó, lo que indicaría que por cada punto porcentual que bajan los precios el mercado crece tres puntos. Los argentinos cambiaron el micro por el avión, pese a que en líneas generales las compañías colectiveras bajaron sus pasajes a la par de los aviones. Hace cinco años ir a Bahía Blanca en el mejor ómnibus salía 50 pesos y hoy sale 27. La razón es que se puede conseguir un ticket aereo en 49 pesos. La contrapartida de esta política es que el sector en su conjunto arrojó una pérdida de 20 millones de dólares, según un documento que le entregaron esta semana a Roque Fernández.Ahora el mercado se amesetó y no es por culpa de la crisis asiática. El Aeroparque se convirtió en cuello de botella para seguir creciendo, dice Ronnie Boyd, gerente general de Lapa. Las aerolíneas se quejan de que en Jorge Newbery ya no hay horarios disponibles (slots en la jerga) en las horas pico y eso limita toda creatividad en materia de nuevas ofertas. La segunda explicación para el estancamiento es la falta de infraestructura hotelera de buen nivel en muchas plazas turísticas del interior. La tercera razón es que el mercado no podía crecer eternamente a tasas del 10% anual.
El primer producto de la desregulación de la aviación aerocomercial de la Argentina fue Lapa, que irrumpió en el mercado en 1992 e hizo crecer su participación de 0,3% hasta un 26,8% que trepa hasta el 30% si se consideran las rutas en las que compiten, según las estadísticas de las compañía que preside Andres Deutsch. Lapa inició la guerra de tarifas bajando sus precios y obligando a Aerolíneas a ajustarse a ese nivel. Lapa ha sido el motor del desarrollo del mercado. Hasta el día de hoy, las rutas que nosotros no volamos tienen precios superiores al de rutas más largas. Volar a Bahía Blanca y Córdoba es más barato que a Santa Fe donde nosotros no volamos, señala Boyd, quien había manejado Austral a fines de la década del 70. La apuesta de Lapa está centrada ahora en las 17 aeronaves cero kilómetro que está trayendo del nuevo modelo de Boeing 737-700 empresa que ls eligió como el cliente de lanzamiento en Sudámerica. Ya arribó el primero de estos aviones y el jueves pasado Boyd viajó a Seattle a buscar el segundo de los que encargaron al precio de 42 millones de dólares, que se irán pagando con leasing que dan compañías especializadas.
Aerolíneas también introdujo modificaciones en el mercado. Empezó a sacar vuelos internacionales desde Córdoba con lo que le evita a los pasajeros del norte argentino unos cuantos kilómetros y además el incómodo viaje de Aeroparque a Ezeiza en Buenos Aires. Para la compañía también es un ahorro porque en los vuelos internacionales Aerolíneas no cobra los tramos de cabotaje. Otra de las innovaciones del grupo Aerolíneas-Austral fue la creación de la venta telefónica a través del 0-800 VOLAR en el que ni siquiera se emiten los pasajes ya que los pasajeros van directamente al mostrador con su so documento y obtienen la tarjeta de embarque. Ahora, además se pueden comprar pasajes y hacer reservas por Internet. Para las compañías aéreas, esto tiene la ventaja de que se ahorran la comisión del agente de viajes y se descomprimen sus oficinas. La dura competencia entre las aerolíneas, en teoría, debería ser una ventaja para el consumidor, pero esto no es siempre así.
Claramente aviones más modernos y tarifas más bajas son beneficios palpables, pero la pelea entre compañías tiene su costado negativo. Uno de los temas perjudiciales para el consumidor es la cancelación de vuelos. Según funcionarios de la secretaría de Transportes, muchas de las cancelaciones de vuelos responden a una estrategia de las compañías de ocuparle espacios a la competencia. Las estadísticas de la secretaría indican que en julio más de un 5% de los vuelos de las empresas con base en Aeroparque fueron cancelados, es decir 375. En junio fueron cancelados 409 vuelos y en abril 613, es decir uno cada doce que debía despegar. El viernes 9 de octubre, el gerente de márketing de una empresa productora de electrodomésticos estaba en Santiago del Estero dispuesto volver a Buenos Aires luego de dos días de periplo por el interior. Con más de una hora de demora, le avisaron que el vuelo de Austral se canceló y la mejor alternativa que encontró la compañía fue llevarlo en Combi a Tucumán para tomar el último vuelo de la noche. Según quienes viajan mucho por el interior esta es una situación que se repite y por eso la secretaría de Transportes impone multas a las aerolíneas que incurran en demoras o cancelaciones.
Además de la baja de precios, la política de cielos abiertos permitió el surgimiento de nuevas líneas aéreas con vuelos regulares entre puntos que antes no se servían. En 1994 apareció Dinar con bases en Salta y Mendoza, luego Kaikén con base en Río Grande y en el 95 la brasileña Vasp compró Transportes Aereos Neuquinos. En el 96 surgió Southern Winds, la primera aerolínea regional que vuela con jets. El punto débil que le queda a la industria es en la mayoría de los casos la calidad de atención a los pasajeros, según se queja la mayoría de los viajeros frecuentes al interior del país, mientras que las líneas aéreas culpan a la infraestructura aeroportuaria.
Pese a todo, cada mes depegan más de 10.000 vuelos de cabotaje y ahora el crecimiento parece apuntar al interior. Aunque en la Argentina no se abolió la frase de Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires, de a poco se van generando centros de tráfico en el interior que cada vez depende menos de Buenos Aires para moverse. En el salón principal del Aeropuerto de Córdoba se amontonan los mostradores de las diez líneas aéreas que tienen vuelos regulares desde esa ciudad. El auge de Córdoba como un nudo de tráfico aéreo es un fenómeno que desbordó a los planes hasta de los más previsores y el hall del aeropuerto quedó pequeño por el volúmen de pasajeros de esa ciudad. Un día de semana cualquiera desde la capital mediterránea despegan más de 25 vuelos a Buenos Aires de Aerolíneas, Austral, Lapa, Dinar y Southern Winds, que lleva pasajeros de Aerolíneas desde Córdoba a Ezeiza una vez por día. Además, Varig tiene dos vuelos diarios a Brasil, la uruguaya Pluna viaja a Montevideo, Lan Chile tiene salidas diarias que conectan a los cordobeses con los vuelos internacionales que salen de Santiago y Lloyd Aereo Boliviano viaja a Santa Cruz de la Sierra. Además, Aerolíneas Argentinas puso cuatro vuelos semanales sin escalas a Miami y un vuelo diario a San Pablo que conecta con el jumbo que sale de Buenos Aires rumbo a Europa.
Córdoba se constituyó también como un centro de distribución de pasajeros que vuelan entre dos ciudades del interior y no quieren pasar por Buenos Aires. En julio de 1996 Juan Maggio, 34 años, ex gerente de planeamiento de Lapa, decidió cambiar de aires y poner su propia aerolínea. Juntó a dos amigos, Miguel Cartaso y Oscar Quiroga, reunieron medio millón de dólares y firmaron un contrato de leasing con la empresa canadiense Bombardier (la tercera constructora del mundo, productora de los aviones para ejecutivos Lear Jet) para conseguir su primer avión. Les pidieron a los empleados que no cobren el sueldo por dos meses y consiguieron que los canadienses les den 1.500.000 dólares en repuestos. Así nació Southern Winds (SW) cuya actividad principal es conectar las ciudades del interior con su base de operaciones en Córdoba, que actúa como hub (nodo concentrador) de todos los vuelos. Maggio llamó a su hermano Cristian (30) ex comisario de abordo de Aerolíneas y a su padre que estaba jubilado (Angel) y había trabajado en la desaparecida compañía norteamericana Braniff, para manejar la compañía. Cristián es el jefe de operaciones en Córdoba y Angel está basado en Aeroparque, mientras Juan es el presidente de la empresa y ocupa la mayor parte de su tiempo negociando con los financistas, los leasing (alquiler con opción a compra) de los aviones con los operadores internacionales.El plan de negocios de los Maggio se armó en torno de los aviones Canadair Regional Jet, unas máquinas que vuelan desde 1992 y que fueron diseñados especialmente para mercados regionales. Hoy tienen cinco CRJ que complementan con tres turbohélices Dash, pero antes de fin de año tendrán seis de cada modelo. Los Canadair son aviones caros -valen 20 millones de dólares- pero son muy baratos en mantenimiento y consumo de combustible y son cómodos para el pasajero. Además, al ser de 50 plazas tienen el tamaño ideal para el mercado regional, dice Juan Maggio.
Southern Winds está creciendo aceleradamente. Pasó de llevar 18 mil pasajeros en junio a 29 mil en setiembre. Pasando por Córdoba, viajeros por negocios pueden moverse entre Rosario, Mendoza, Bariloche, Neuquén, Salta, Tucumán, La Rioja, Catamarca y ahora Santa Fe y Resistencia, siempre pasando por Córdoba. Además, SW es alimentador de Aerolíneas: lleva los pasajeros de otras ciudades del interior a Córdoba para tomar los vuelos de AA a San Pablo y Miami.Como casi todas las compañías chicas, SW busca hacer todos los viajes que pueda y también operan en el mercado del charter (vuelos especiales). Por ejemplo el tener un avión con matrícula extranjera les permitió llevar al equipo de Mariano Grondona a las Islas Malvinas hace dos semanas. Más allá de este viaje, tienen charters desde Córdoba a Tacna (Perú) y Porto Seguro en Brasil. El caballito de batalla de los Maggio es tener tarifas bajas para poder ganarle la competencia a otros medios de transporte. Donde vemos que salen muchos micros, ahí ponemos aviones, dice Maggio. La estrategia de SW fue claramente de nicho como dicen los marketineros ya que no pretenden competir con Aerolíneas, Austral y Lapa que se llevan más del 90% del mercado. Nosotros creamos el hub Córdoba y nos fue bien, dice Juan Maggio. En su primer balance, SW perdió 200.000 dólares mientras que el cierre a julio de este año les dio una utilidad de 1,5 millones de dólares. Los Maggio quieren copiar a Comair, una compañía norteamericana que utililiza los mismos aviones Canadair y son alimentadores de Delta.
El problema es que en el mercado de ejecutivos de negocios de Estados Unidos rigen tarifas mucho más caras que en la Argentina.Los pilotos de algunas compañías competidoras dicen que en realidad SW es un apéndice de Aerolíneas, pero Maggio se defiende y dice que la mayoría de los pasajeros que llevan son de SW y los que transportan para Aerolíneas no son significativos en el balance de la compañía.
Los hermanos Andrés, Miguel y Alberto Desimone conocían el mercado aéreo antes de tener su propia compañía. Son los dueños de Dinar Bolsa, Cambio y Turismo, la principal agencia de viajes de Salta que llegó a ser la séptima del país. A fin de 1994 cuando naciá el efecto tequila se juntaron con la compañía de transportes mendocina TAC y crearon la línea aérea en la que volcaron una importante suma de dinero que habían obtenido operando con títulos públicos. Dinar une Buenos Aires con Córdoba, Salta, Mendoza, Tucumán, Santiago del Estero, Jujuy y Comodoro Rivadavia. A diferencia de las otras aerolíneas hijas de la desregulación, Dinar decidió volar desde y hacia Buenos Aires. Para diferenciarse de las líderes los Desimone eligieron proveer comida a bordo y contrataron al Gato Dumas. Nuestros estudios indicaron que el pasajero quería comer en el avión, dice Desimone. Además, explica que si bien el mercado se mostró sumamente sensible a las tarifas, las bajas tienen un límite y entonces la estrategia es darle valor agregado al pasajero. En la misma línea de razonamiento, Dinar le da a todos los pasajeros un seguro médico gratis cuando viajan a Buenos Aires.Una de nuestras diferencias es que nos enfocamos a los pasajeros del interior ya que nuestros aviones duermen allí y podemos ofrecer el primer avión de la mañana a los salteños y los jujeños, cuando las otras aerolíneas tienen el primer vuelo desde Buenos Aires., dice Andrés Desimone, presidente de Dinar.
Una de las innovaciones que introdujo Dinar es aprovechar a sus socios de TAC y ofrecer el servicio de Jet Bus en el cual el pasajero va en avión y vuelve en micro o al revés. Dinar tiene cuatro aviones a los que se agrega uno más para la temporada de verano. Una de las especialidades de Dinar son los charters al Caribe que se cumplen con el avión adicional y la desafectación de algunas rutas regulares que en verano tienen poca densidad.
Pese a que en Dinar eligieron las rutas troncales, no es improbale que se vuelquen al mercado regional. Desimone confirmó a Clarín que están en conversaciones con las autoridades de la provincia del Chaco para tomar algunas de las rutas que dejó vacante Alta. La idea es viajar desde Resistencia a Salta y Mendoza con jets de 34 plazas, dijo el directivo. Alta era una aerolínea montada sobre la base de Aerochaco que dejó de volar hace unos meses, complicada por problemas financieros propios y los de su dueña Alta Chile y ahora quedó un espacio vacío en el mercado argentino. Una parte la llenó Southern Winds que desde el lunes vuela desde Córdoba a Santa Fé y Resistencia. Alta no es la primera aerolínea que fracasa. En la lista reciente se anotan la mendocina Andesmar y Sapse que dejaron de operar por completo. Las rutas de Sapse las tiene Kaikén. Andesmar es una compañía de transportes terrestres que incursionó en el mercado aéreo y su lugar está siendo ocupado cada vez más por SW ya que ambas eran competidoras directas.
En el sur Argentino conviven dos aerolíneas cuya principal fuente de ingresos es la industria petrolera. Son Transportes Aéreos Neuquinos (TAN), una compañía privatizada en 1995 propiedad de la brasileña Vasp y Kaiken, una empresa con base en Río Grande (Tierra del Fuego) cuyo dueño es Oscar Valls, conocido en la Patagonia como El Loco Valls.
Con sus seis aviones turbohélice TAN vuela prácticamente todas las rutas del petróleo. Desde Neuquén vuela a Rincón de los Sauces, Mendoza, Comodoro Rivadavia y Bahía Blanca. Adeás tiene viajes a Córdoba, Bariloche, Chapelco y a las ciudades chilenas de Puerto Mont, Concepción y Temuco. Según José Chalén, presidente de TAN y el hombre fuerte de Vasp en el cono sur, el grupo está estudiando las posibilidades de que TAN se convierta en un alimentador de los vuelos de VASP, Lloyd Aereo Boliviano y Ecuatoriana de Aviación, todas compañías del grupo que comanda el brasileño Wagner Canhedo.
El Kaiken es un pájaro patagónico de la familia de los gansos cuya característica principal es que vive en pareja y cuando uno de los integrantes muere, lo hace el otro también. Por eso Oscar Valls y su esposa eligieron ese nombre para la aerolínea que fundaron con los ingresos que habían obtenido en otros negocios como una curtiembre y un concesionario de autos. Kaikén tiene dos cabeceras que son Usuahia y Mendoza y todas las mañanas sale un avión de cada polo que tocará las ciudades de Río Grande, Río Gallegos, Comodoro Rivadavia, Trelew, Bariloche y Neuquén. Nadie viaja entre las puntas y casi nadie hace más de dos escalas. Lo que ocurre es que nuestros aviones son la única forma de comunicación entre esas ciudades, dice Valls. En el invierno los clientes de Kaikén son escencialmente profesionales del petróleo o gente que por ejemplo vive en Usuahia y trabaja en Río Grande. En el verano, el 60% de los pasajeros son turistas internacionales. Kaikén viaja a Lago Argentino o Punta Arenas y vuelos especiales turísticos. Para este verano, Valls asegura contar con 15.000 reservas de contingentes del exterior. Para seguir operando, esta aerolínea debió superar no pocos problemas. Kaikén nació a partir de un plan quinquenal que entre sus objetivos tenía el de unir las ciudades patagónicas. Teníamos que cobrar un subsidio que al principio pagaban aunque con retraso y hace dos años dejaron de pagar. Hay 234 millones para subsidiar a los trenes y subtes de Buenos Aires pero no un millón de pesos para la Patagonia, se queja Valls, quien es el primer piloto de su aerolínea.
Volar en la Patagonia tiene dos puntos a favor y varios en contra. Las fortalezas están en las grandes distancias y en los atractivos turísticos. Pero al enumerar puntos en contra aparecen temas como el mal estado de los aeropuertos. Las pistas de aterrizaje están despedazadas. Las calles de rodaje son un desastres en Esquel, Río Grande y Bariloche. En Río Grande la radio ayuda no funciona y en Comodoro Rivadavia se rompió el equipo de navegación VOR, dice Valls. Además, las bajas densidades de población hacen que en la baja temporadas los aviones turbohélice lleguen a volar con menos de cinco pasajeros. En el último invierno, además perdieron una importante oportunidad de negocios. Kaikén había hecho un acuerdo con Aerolíneas que llevaría pasajeros hasta Comodoro y de ahí volarían por Kaikén hasta Esquel. Los operadores turísticos dijeron que los esquiadores no viajaban en turbohélices y el negocio se cayó, relata Valls.
Una de las ventajas de las aerolíneas chicas es que pueden llegar hasta donde no llegan las grandes y así obtener un público cautivo. Esta es la estrategia de LAER, una empresa que pertenece al gobierno de Entre Ríos que se vio obligada a reestatizarla luego de que la mayoría del grupo que había ganado la privatización falleció en un accidente. Laer viaja a Reconquista (Santa Fe), Goya y Paso de los Libres (Corrientes), Concordia, Paraná y las ciudades bonaerenses de Tandil, Coronel Suarez, Tres Arroyos y Necochea. Jorge Pereyra, encargado de la sucursal Buenos Aires, contó a Clarín que la compañía está volando 76 vuelos semanales que le aportan 750.000 dólares mensuales y que en promedio sus cuatro aviones tienen un porcentaje de ocupación del 75%, básicamente compuesto por viajeros de negocios y políticos. Su ruta de batalla es Buenos Aires-Paraná en donde ofrecen 3 vuelos diarios por 65 pesos. Laer tiene un negocio secundario que son los vuelos especiales. Con su avión ATR de 42 plazas llevan a los equipos de primera división de Colón de Santa Fé, River, Chacarita, Independiente y Estudiantes de la Plata, entre otros grupos vinculados con el deporte.
Hay dos compañías, Cata y Baires Fly, cuyas ganancias provienen esencialmente del transporte de carga ya que entre otros contratos llevan los diarios de la capital al interior. Sin embargo, el retorno de esos viajes puede hacerse con pasajeros. Según explicó Jorge Dangelo, gerente de Baires Fly, su compañía lleva diarios a Mendoza, Córdoba y Resistencia y vuelven con pasajeros. El viaje tarda más que en los aviones de línea porque vuelan con un Metro 3 turbohélice, pero cuestan menos que los vuelos regulares. Obviamente estas compañías no están en los sistemas de reservas más conocidos (Amadeus y Galileo) pero toman reservas -porque sus cargas tienen bastante regularidad- a través de algunas agencias o de las oficinas propias. Sin embargo, como dependen de las cargas, puede ocurrir que tengan que avisarle al pasajero un día antes que su vuelo no se realizará. Un tercer nivel de compañías son los taxis aéreos que buscan una ciudad y le generan un servicio regular. Por ejemplo los juninenses pueden venir a Buenos Aires por doce pesos en micro o 45 en avión.
*Editado para que sea un poco menos pesado