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Hola foristas. Encontré ésta propuesta-proyecto de un Arquitecto ecuatoriano y creo que éste es el lugar adecuado para colocarlo.
Lo saqué de la Revista Dominical de El Universo.Texto: Gabriela Jiménez
Me gustaría conocer sus opiniones.

Propuesta: Muelles habitables
Guayaquil es la ciudad más grande del Ecuador, sus habitantes suman más de 3 millones distribuidos en 40.000 hectáreas, aproximadamente.
El estero Salado es un recurso natural que rodea a la ciudad. En sus orillas, levantadas sobre palafitos, se encuentran cientos de viviendas elaboradas a base de plásticos, pedazos de zinc, latas o cualquier material desechado de otra construcción.
Sin ninguna planificación arquitectónica, las familias con menos recursos económicos habitan estos sectores que no disponen de servicios básicos ni condiciones adecuadas para la vida humana.
El problema no es solo para aquellos que se ven obligados a habitar en las periferias sino para el ambiente, que se expone a desperdicios de alimentos e incluso a ser desplazado por desechos de cemento y roca.
El arquitecto ecuatoriano John Dunn creó una propuesta denominada Muelles habitables, en la que expone su interés de crear varias plataformas que permitan habitar a familias en las orillas del estero, sin que esto contribuya a la desaparición de las mismas. Al mismo tiempo que las áreas despejadas entrarán en un proceso de reforestación con especies de mangle.

Dunn explica que la iniciativa nació como consecuencia de la preocupación por las relaciones que se dan entre la ciudad y los eventos naturales que la rodean. Al tratarse de una ciudad-puerto, se analizó cómo Guayaquil afecta a los eventos hidrográficos existentes en sus cercanías. De estos eventos sobresalen el río Guayas y el estero Salado.
“El interés está enfocado en el proceso de ocupación que usan los invasores que se instalan en las orillas del estero, pues son estos los que han traído graves consecuencias para la naturaleza del mencionado sector”, explica Dunn.
“Los asentamientos han provocado la desaparición de las orillas originales del estero en el área de estudio. Hay casos de islas de manglar que han sido borradas del mapa, precisamente por este proceso de ocupación”, añade.

Propuesta
El estudio se concentra en el suburbio suroeste de la ciudad, desde el puente de la calle Portete hacia el sur, y es aplicable en los sitios donde el estero mantenga de 200 a 250 metros de ancho.
Muelles Habitables es una estructura de 30 m de longitud mínima, con la forma típica de un muelle, pero sobredimensionada, que además de servir para el acoderamiento de botes y barcos pequeños está proyectado para cargar sobre su estructura casas.
Estos muelles serían construidos siguiendo la trama de las calles perpendiculares a la orilla del estero. Sus columnas tendrían una separación y altura de 5 m, así permitiría que diez pequeñas casas se sujetaran a la parte superior de la estructura del muelle.
Las únicas restricciones que tendrían los habitantes respecto de la construcción de sus casas serían de peso y volumen.
En cuanto a los acabados finales de las viviendas, el arquitecto rechaza la idea de marcar estándares; él considera que cada habitante debe elegir el color y los accesorios que coloca en la fachada de su casa. “Se debe permitir que la originalidad de los habitantes se mantenga, así sentirán el espacio como propio y facilitarán la ubicación de los visitantes”.
Pero no todo está resuelto. El sector escogido para intervenir no cuenta con un sistema de recolección de aguas servidas. Por ello, la propuesta considera implementar una pequeña planta de tratamiento, ubicada debajo del muelle, contiguo a su cimentación en tierra. “Estas pequeñas plantas tendrían capacidad suficiente como para tratar las aguas servidas de las casas ubicadas sobre y frente a cada muelle”, asegura el creador de la propuesta presentada en febrero del 2008 al concurso mundial para la construcción sustentable Holcim Awards.
“Lo interesante en ese sentido es que el muelle no sea un elemento de privilegio para los que están en las casas y que no sientan diferencias aquellos que ya están en tierra firme”, enfatiza Dunn, quien considera que estas plantas de tratamiento deben manejarse bajo condiciones orgánicas.
Los efectos de esta propuesta van desde mejorar las condiciones de vida de un sector específico hasta preservar el ambiente y convertir a sus habitantes en la primera línea de batalla hacia su conservación y protección.
“El proceso que se propone no es sencillo, pero hay que cambiar la perspectiva que se le está dando al estero. Hay que entender este espacio como propio, de manera individual y colectiva. Que lo piense el que está levantando su casa sobre palafitos como todo el barrio y la ciudad”, comenta el también catedrático de las instituciones Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG). “Mi intención es recuperar un espacio natural, pero sin retirar a las personas que viven en él. Al contrario, creo que se las debe involucrar en el proceso, porque cuando ya sientan ese espacio como propio, notarán que lo que está pasando es un perjuicio”.
Además de este proceso de adaptación, el experto propone el desarrollo de actividades vinculadas al estero, como la pesca artesanal, y otras que empleen a los habitantes del sector.
En definitiva, se mejora el espacio, se mejoran las infraestructuras del sitio y se realiza la tan anhelada recuperación del evento urbano y del evento natural.
“La misión de la arquitectura es traer beneficios a los habitantes y solucionar sus problemas de manera asertiva”, opina Dunn.
Mención
El proyecto fue presentado al Concurso Mundial para la Construcción Sostenible Holcim Awards, pero el reconocimiento llegó después, cuando Dunn lo presentó en el tercer certamen internacional que organizó World Architecture Community, en el que participan más de 10.000 propuestas, y la idea ecuatoriana fue colocada entre las 50 mejores.
Fue un momento que alegró mucho a John Dunn, quien dice haberse maravillado con el verdor de los manglares desde niño y cuya intención es recuperarlos para la admiración de todos, sin desplazar a aquellos que los habitan.
Lo saqué de la Revista Dominical de El Universo.Texto: Gabriela Jiménez
Me gustaría conocer sus opiniones.

Propuesta: Muelles habitables
Guayaquil es la ciudad más grande del Ecuador, sus habitantes suman más de 3 millones distribuidos en 40.000 hectáreas, aproximadamente.
El estero Salado es un recurso natural que rodea a la ciudad. En sus orillas, levantadas sobre palafitos, se encuentran cientos de viviendas elaboradas a base de plásticos, pedazos de zinc, latas o cualquier material desechado de otra construcción.
Sin ninguna planificación arquitectónica, las familias con menos recursos económicos habitan estos sectores que no disponen de servicios básicos ni condiciones adecuadas para la vida humana.
El problema no es solo para aquellos que se ven obligados a habitar en las periferias sino para el ambiente, que se expone a desperdicios de alimentos e incluso a ser desplazado por desechos de cemento y roca.
El arquitecto ecuatoriano John Dunn creó una propuesta denominada Muelles habitables, en la que expone su interés de crear varias plataformas que permitan habitar a familias en las orillas del estero, sin que esto contribuya a la desaparición de las mismas. Al mismo tiempo que las áreas despejadas entrarán en un proceso de reforestación con especies de mangle.

Dunn explica que la iniciativa nació como consecuencia de la preocupación por las relaciones que se dan entre la ciudad y los eventos naturales que la rodean. Al tratarse de una ciudad-puerto, se analizó cómo Guayaquil afecta a los eventos hidrográficos existentes en sus cercanías. De estos eventos sobresalen el río Guayas y el estero Salado.
“El interés está enfocado en el proceso de ocupación que usan los invasores que se instalan en las orillas del estero, pues son estos los que han traído graves consecuencias para la naturaleza del mencionado sector”, explica Dunn.
“Los asentamientos han provocado la desaparición de las orillas originales del estero en el área de estudio. Hay casos de islas de manglar que han sido borradas del mapa, precisamente por este proceso de ocupación”, añade.

Propuesta
El estudio se concentra en el suburbio suroeste de la ciudad, desde el puente de la calle Portete hacia el sur, y es aplicable en los sitios donde el estero mantenga de 200 a 250 metros de ancho.
Muelles Habitables es una estructura de 30 m de longitud mínima, con la forma típica de un muelle, pero sobredimensionada, que además de servir para el acoderamiento de botes y barcos pequeños está proyectado para cargar sobre su estructura casas.
Estos muelles serían construidos siguiendo la trama de las calles perpendiculares a la orilla del estero. Sus columnas tendrían una separación y altura de 5 m, así permitiría que diez pequeñas casas se sujetaran a la parte superior de la estructura del muelle.
Las únicas restricciones que tendrían los habitantes respecto de la construcción de sus casas serían de peso y volumen.
En cuanto a los acabados finales de las viviendas, el arquitecto rechaza la idea de marcar estándares; él considera que cada habitante debe elegir el color y los accesorios que coloca en la fachada de su casa. “Se debe permitir que la originalidad de los habitantes se mantenga, así sentirán el espacio como propio y facilitarán la ubicación de los visitantes”.
Pero no todo está resuelto. El sector escogido para intervenir no cuenta con un sistema de recolección de aguas servidas. Por ello, la propuesta considera implementar una pequeña planta de tratamiento, ubicada debajo del muelle, contiguo a su cimentación en tierra. “Estas pequeñas plantas tendrían capacidad suficiente como para tratar las aguas servidas de las casas ubicadas sobre y frente a cada muelle”, asegura el creador de la propuesta presentada en febrero del 2008 al concurso mundial para la construcción sustentable Holcim Awards.
“Lo interesante en ese sentido es que el muelle no sea un elemento de privilegio para los que están en las casas y que no sientan diferencias aquellos que ya están en tierra firme”, enfatiza Dunn, quien considera que estas plantas de tratamiento deben manejarse bajo condiciones orgánicas.
Los efectos de esta propuesta van desde mejorar las condiciones de vida de un sector específico hasta preservar el ambiente y convertir a sus habitantes en la primera línea de batalla hacia su conservación y protección.
“El proceso que se propone no es sencillo, pero hay que cambiar la perspectiva que se le está dando al estero. Hay que entender este espacio como propio, de manera individual y colectiva. Que lo piense el que está levantando su casa sobre palafitos como todo el barrio y la ciudad”, comenta el también catedrático de las instituciones Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG). “Mi intención es recuperar un espacio natural, pero sin retirar a las personas que viven en él. Al contrario, creo que se las debe involucrar en el proceso, porque cuando ya sientan ese espacio como propio, notarán que lo que está pasando es un perjuicio”.
Además de este proceso de adaptación, el experto propone el desarrollo de actividades vinculadas al estero, como la pesca artesanal, y otras que empleen a los habitantes del sector.
En definitiva, se mejora el espacio, se mejoran las infraestructuras del sitio y se realiza la tan anhelada recuperación del evento urbano y del evento natural.
“La misión de la arquitectura es traer beneficios a los habitantes y solucionar sus problemas de manera asertiva”, opina Dunn.
Mención
El proyecto fue presentado al Concurso Mundial para la Construcción Sostenible Holcim Awards, pero el reconocimiento llegó después, cuando Dunn lo presentó en el tercer certamen internacional que organizó World Architecture Community, en el que participan más de 10.000 propuestas, y la idea ecuatoriana fue colocada entre las 50 mejores.
Fue un momento que alegró mucho a John Dunn, quien dice haberse maravillado con el verdor de los manglares desde niño y cuya intención es recuperarlos para la admiración de todos, sin desplazar a aquellos que los habitan.