Para finales del siglo diecinueve se constituye la Sociedad de Aguas para mejorar abastecimiento y calidad del agua de la ciudad. Hacía unos pocos años atrás se había proyectado otra sociedad anónima para tal fin, sin alcanzar efecto alguno. No es hasta que el gobernador político de ese entonces, Herminegildo Gost, logró tras largas discusiones que se nombrara una comisión para elaborar los cálculos de la importante obra y formular estatutos y reglamentos. En diciembre de 1898, la municipalidad contrató al ingeniero Jorge Hill para la construcción de una represa en río Piedras, para captación de agua potable por 3,156 pesos.
El alcalde, licenciado José Maria Fonseca, solicitó a la Casa P. Maier y Co. contactar a una empresa extranjera para obtener los informes necesarios sobre los elementos indispensables para construcción de una red de distribución y llevar a feliz término la obra referida. La cantidad de tubería para llegar al río era de 6,500 pies, la municipalidad hace gestiones con el comercio local un empréstito por 16,000 pesos, pero faltando dinero para terminar la obra también pidió al gobierno un subsidio de otros 10,000 pesos. El material fue importado en vapores de Thacker Broos & Co., habiendo pagado por fletes dos pesos cincuenta centavos por tonelada, y a la casa comisionista C. J. Warren & Co., un 5% de comisión.
Puesta la cañería en la ciudad se le canceló a Allen Coleman la suma de mil pesos por ubicar la tubería en su lugar. En octubre de 1900, el Comité de Aguas contrató al mismo señor Coleman, la colocación de la tubería que, partiendo de la presa, debía llegar al depósito y de este lugar a su unión con el acueducto de 6,500 pies, por la cantidad de cinco mil pesos pagaderos en planillas semanales, y el saldo al concluir el trabajo.
En el mismo mes, el comité contrató a Sydney J. Jones la construcción de un “reservoir” para servicio del acueducto, con capacidad de 54,844 galones, al oeste de la ciudad, por la suma de 6,000 pesos. En 1905, el mismo comité pactó con Coleman la instalación del acueducto que, partiendo de la “araña” o punto de distribución, termina en la bomba del Ferrocarril Nacional, por la suma de mil pesos.
El “reservoir” construido por el señor Jones no llenó las condiciones estipuladas en el contrato; se nombró comisiones para estudiarlo y todas rindieron informes adversos al contratista. Por último Jones se ausentó repentinamente, abandonando el trabajo.
A mediados de 1909 se presentó ante la corporación municipal una solicitud suscrita por varios comerciantes y capitalista de la ciudad, para establecer una fabrica de hielo en río Piedras, al occidente de la población, incluyendo una presa formal y estable, para abastecimiento del agua potable. Con este proyecto se logró construir en forma segura la presa o “pila de captación” en río Piedras y se colocó la tubería, llamada “viejo acueducto”, calculado para una población de 10,000 habitantes. En 1924 se instaló el sistema de cloacas y aguas para estos servicios, que fueron insuficientes. Entonces hubo que hacer el estudio de otro acueducto.
El nuevo acueducto empezó en 1926, la municipalidad contrató al ingeniero norteamericano Arthur M. Shaw el estudio técnico, mediante pago de 10,000 pesos. Los trabajos formales empezaron en 1927, conectando 22,500 pies de tubería de hierro fundido, forrado de cemento de 8, 6 y 4 pulgadas de diámetro, alrededor de la ciudad. Siendo insuficiente esa cantidad de tubos, se hizo otro pedido para el cruce de algunas calles y especialmente para el barrio Medina. La municipalidad de 1927 gastó en esta obra la suma de 39,087.84 pesos.
La renta para este trabajo fue creada por decreto legislativo en marzo de 1927, estableciendo un gravamen de 12 centavos por cada botella de aguardiente expendida en la Receptoria de Rentas de la ciudad, el uno por ciento ad valorem sobre mercadería que entraren a la plaza y el 50% a la producción de agua. El decreto será por tres años hasta completar 300,000 pesos fijado para la culminación de la obra.