"El recorrido de la E, la línea a la Barra, comenzaba en la Plaza Independencia, frente al Palacio de Gobierno (Palacio Estévez).
Tomaba luego por Andes y Uruguay para entrar luego a Rondeau, donde aceleraba y hacia sonar la clásica campana tranviaria de los eléctricos, la cual era accionada por el motor-man con el pie.
Cuando llegaba a la estación Agraciada proseguía por la calle de igual nombre hasta Belvedere.
Ahí se encontraba la casilla de los guardavías, y en ese lugar el tranvía debía esperar diez minutos la vía libre, entrando a las vías del Ferrocarril recién en el empalme que estaba ubicado en las calles Llupes y Agraciada, en barrio Belvedere.
De aquí en más, el tranvía cambiaba su campana por un silbato, muy similar al de las locomotoras.
Se contaba con varios desvíos en el recorrido, o, mejor expresado, vías 'de sobre paso' para efectuar los cruces, en un primer momento con el Ferrocarril y posteriormente con los tranvías que venían de frente. Había una larga vía de sobre paso que corría por la actual calle Batlle Berres.
Al ingresar a Santiago Vázquez, en primer momento existía una vía que continuaba por la calle Guazunambí hasta cerca del río (calle La Balsa).
Durante la II Guerra la escasez de repuestos importados y de combustibles (carbón para generar la electricidad), provocó una gran falta de material rodante en servicio.
Como consecuencia de ello se tomó la decisión de acortar la línea E desde Santiago Vázquez hasta Estación Larrobla, determinación tomada hacia 1942 aproximadamente.
De esta manera no solo se economizaba en repuestos y energía, sino que además se causaba menos desgaste de las vías, por el peso mayor de los diez coches con los que se implementaba el servicio de esa línea.
Los tranvías eléctricos de la Línea E coexistieron con los trenes de carga hasta el 30 de julio de 1929, cuando se dejó de operar comercialmente la línea para transporte de carga.
Al crearse la "Administración de Ferrocarriles del Estado" (AFE) el 19 de septiembre de 1952, ésta tomó a su cargo también el mantenimiento de la infraestructura de la Línea E a la Barra.
La línea E fue acortada hasta Belvedere el día 31 de Enero de 1956, hecho enmarcado en la supresión masiva de líneas tranviarias urbanas. Sin embargo hay quienes dicen que eso ocurrió para que el tranvía no les ganara en eficiencia a los modernos ómnibus y trolebuses con los que la empresa municipal AMDET venía sustituyendo a los tranvías desde años antes.
Ya con cincuenta años de vida, y en un estado lamentable de conservación, los diez coches Saint Louis Car Co. seguían demostrando su notable desempeño, que en ocasiones era capaz de superar al de los modernos trolebuses.
Finalmente, en un oscura jornada de tormenta, el 13 de Abril de 1957, vio por última vez la luz del día el tranvía de la Barra.
El último servicio fue operado por el coche Nº159, que partió de la Barra de Santa Lucía ya cercano a la medianoche.
Aunque aún le quedaba un viaje final al 159 hasta la estación Agraciada, para guardarse allí, pero ya sin pasajeros. Al entrar a la estación Agraciada murió la era tranviaria en Uruguay"
Y el cronista agrega, no sin ironía: "Un agradecimiento a la política modernista de AMDET por eso."
("Ferrocarril y Tranvía del Norte", Almanaque Bco. Seguros del Estado)
Tomaba luego por Andes y Uruguay para entrar luego a Rondeau, donde aceleraba y hacia sonar la clásica campana tranviaria de los eléctricos, la cual era accionada por el motor-man con el pie.
Cuando llegaba a la estación Agraciada proseguía por la calle de igual nombre hasta Belvedere.
Ahí se encontraba la casilla de los guardavías, y en ese lugar el tranvía debía esperar diez minutos la vía libre, entrando a las vías del Ferrocarril recién en el empalme que estaba ubicado en las calles Llupes y Agraciada, en barrio Belvedere.
De aquí en más, el tranvía cambiaba su campana por un silbato, muy similar al de las locomotoras.
Se contaba con varios desvíos en el recorrido, o, mejor expresado, vías 'de sobre paso' para efectuar los cruces, en un primer momento con el Ferrocarril y posteriormente con los tranvías que venían de frente. Había una larga vía de sobre paso que corría por la actual calle Batlle Berres.
Al ingresar a Santiago Vázquez, en primer momento existía una vía que continuaba por la calle Guazunambí hasta cerca del río (calle La Balsa).
Durante la II Guerra la escasez de repuestos importados y de combustibles (carbón para generar la electricidad), provocó una gran falta de material rodante en servicio.
Como consecuencia de ello se tomó la decisión de acortar la línea E desde Santiago Vázquez hasta Estación Larrobla, determinación tomada hacia 1942 aproximadamente.
De esta manera no solo se economizaba en repuestos y energía, sino que además se causaba menos desgaste de las vías, por el peso mayor de los diez coches con los que se implementaba el servicio de esa línea.
Los tranvías eléctricos de la Línea E coexistieron con los trenes de carga hasta el 30 de julio de 1929, cuando se dejó de operar comercialmente la línea para transporte de carga.
Al crearse la "Administración de Ferrocarriles del Estado" (AFE) el 19 de septiembre de 1952, ésta tomó a su cargo también el mantenimiento de la infraestructura de la Línea E a la Barra.
La línea E fue acortada hasta Belvedere el día 31 de Enero de 1956, hecho enmarcado en la supresión masiva de líneas tranviarias urbanas. Sin embargo hay quienes dicen que eso ocurrió para que el tranvía no les ganara en eficiencia a los modernos ómnibus y trolebuses con los que la empresa municipal AMDET venía sustituyendo a los tranvías desde años antes.
Ya con cincuenta años de vida, y en un estado lamentable de conservación, los diez coches Saint Louis Car Co. seguían demostrando su notable desempeño, que en ocasiones era capaz de superar al de los modernos trolebuses.
Finalmente, en un oscura jornada de tormenta, el 13 de Abril de 1957, vio por última vez la luz del día el tranvía de la Barra.
El último servicio fue operado por el coche Nº159, que partió de la Barra de Santa Lucía ya cercano a la medianoche.
Aunque aún le quedaba un viaje final al 159 hasta la estación Agraciada, para guardarse allí, pero ya sin pasajeros. Al entrar a la estación Agraciada murió la era tranviaria en Uruguay"
Y el cronista agrega, no sin ironía: "Un agradecimiento a la política modernista de AMDET por eso."
("Ferrocarril y Tranvía del Norte", Almanaque Bco. Seguros del Estado)